Sólo quiero caminar habla de cuatro amigas, una de ellas Gloria Duque (intepretada por una estupenda pero envejecida Victoria Abril), protagonista de la opera prima de Díaz-Yanes “Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto”, atracadoras todas ellas, que deciden vengarse de unos mafiosos mexicanos que casi han matado a una de ellas.
La dirección de Díaz-Yanes se alza como una de las grandes virtudes de un filme diferente, innovador en el cine español, con un montaje particular, que quiere engañar al espectador con falsos cambios pero que al final la película resulta lineal. La acertada música sigue los patrones marcados por el director madrileño en sus anteriores películas, con gran presencia de la música latina y andaluza.
En cuanto al reparto de lo mejorcito que he visto últimamente: Victoria Abril, Elena Anaya, Ariadna Gil y Pilar López de Ayala en el apartado femenino y Diego Luna el desconocido José María Yazpik en el masculino. Todos están muy bien, pero destacan sobre todo los papeles de Ariadna Gil, en el mejor papel de su carrera, y un sorprendente Diego Luna, con una profundidad que aunque no digan palabras muestran lo que sienten con solo verlos.
En conclusión, una película dura, violenta y muy entretenida, con un brillante reparto y un director ambicioso, con influencias interesantes. Lástima que el guión no esté a la altura de las circunstancias: saltos inconexos, escenas de corta-y-pega, y un batiburrillo de personajes e historias que, tal y como están contados, no caben en dos horas de película.
La próxima vez ¿será?.