25 febrero 2009

Viernes 13 y Dieta mediterránea: voy al cine... y huyo de los Oscar

La idea era escapar un poco de una cartelera llena (¿por qué tienen la manía de estrenar todas las aspirantes a los Oscar en dos fines de semana?) de películas con ínfulas de premios e ir a por algo más liviano y ligero. Después de meses de encontrarme con intercambios y dudas varias me apetecía ver otra cosa.


Mis elegidas para depurarme fueron el remake de Viernes 13 y la Dieta Mediterránea de Joaquín Oristrell. Una me sorprendió gratamente y otra, de la que no esperaba gran cosa, me horrorizó bastante... y no en el sentido que la propia película busca.

Tras la sorpresa que me llevé con la nueva versión de La matanza de Texas - que precisamente comparte director con la cinta que aquí nos ocupa -, que supo como trasladar el malsano ambiente y la sensación de angustia de la historia original y hacerla "disfrutable" de las nuevas generaciones. Ojalá pudiese decir lo mismo de esta Viernes 13. Concentra todos los tópicos inimaginables (adolescentes estúpidos y guapos que sólo buscan sexo, drogas y alcohol - salvo los que sobreviven claro, que siempre son las peritas en ducle -, gente de distintas razas, estupideces varias) y visita todos los lugares comunes. No esperaba que innovasen en el género del terror (eso ya lo han hecho recientemente películas como REC) pero sí algo más. Este remake es ochentero a muerte, en el peor sentido de la palabra.

Podía pasar perfectamente como una de esas películas que echaban los sábados por la noche en la 2, en ese (magnífico) contenedor de cine de terror que era Alucine, que tanto disfrutaba cuando era un crío. Quizás ese sea el problema, que ya no lo soy... En fin, que hay que huir de la película como se pueda.

Vamos con la sorpresa del fin de semana pasado: Dieta mediterránea. No esperaba gran cosa pero sí que me había llamado la atención su argumento, que si bien no es original, si resulta atractivo: la historia de Sofía (una sorprendente Olivia Molina), su lucha por ser la mejor cocinera del mundo, y su peculiar historia con los dos hombres que la llevarán a lo más alto: su marido (Paco León) y su maestro y amante (Alfonso Basave, toda una revelación: atractivo y carismático, una versión mejorada de Santi Millán).

Si la película de Oristrell triunfa es porque no tiene más intenciones que las de regalar a la audiencia cien minutos agradables, divertidos y que te dejan con una sonrisa en la boca al salir de la sala. En cierto modo me recuerda - lejanamente- a Vicky Cristina Barcelona, sólo que quedándote con un sabor de boca mejor. La lástima es que aquí no tengamos una María Elena que nos haga la función aún más memorable.

Un divertimento recomendable para los (pocos) aficionados al cine español y para los no iniciados que piensen que no salimos de guerras civiles y dramas sociales (personas que no están completamente equivocadas, pero eso es harina de otro costal). Pero sobre todo, un aviso para navegantes: no esperéis la película del año porque desde luego que no lo es pero si quieres desconectar y encontrarte con algo fresco y divertido, no te lo pienses.

2 comentaron:

OsKar108 dijo...

Muchas veces viene bien ir al cine "solo" a distraerse.

¡Saludos!

Anónimo dijo...

Comparto muchas criticas hacia Viernes 13, pero no olvides una cosa, como arrejuntan dos peliculas en una... uno de los personajes que palma (SPOILER) es la típica superviviente niña buena sin sexo y que se preocupa por los demás (la ultima en morir, vamos), ese detalle me sorprendió levemente, ya el resto...

Ais, si alguien me llega a decir hace un mes que "Dieta medieterranea" me iba a gustar más que "Viernes 13" me hubiese reido en su cara... y al final así ha sido :O

 
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