10 marzo 2009

La polémica está servida con Martyrs

Posiblemente el título más polémico del festival sea esta cinta franco canadiense que tanto ha dado de qué hablar allí donde se ha proyectado. Durante la propia muestra, algunos de los asistentes abandonaron la sala, otros, indignados, criticaban hasta donde se puede llegar en el cine. En Sitges parece que incluso se tuvo que instalar una unidad médica para atender mareos y vómitos. Desde mi humilde opinión, y sinceramente, no creo que sea para tanto.

Martyrs se divide en dos partes muy diferenciadas y claras que no comparten mensaje ni intención. De hecho, lo único que comparten es la violencia y una de las protagonistas. El título hace referencia a la segunda parte de la película, donde se exploran los límites que es capaz de sobrepasar el ser humano con tal de tener respuestas sobre qué hay después de la muerte.

Al término de la historia, uno no puede dejar de pensar que más de la mitad de la película, todo el arranque y el desarrollo, es un mero trámite necesario para contar la historia que realmente quiere contarse y quedan dos historias aparentemente unidas pero realmente inconexas. Resulta complicado analizar la película si no voy de la mano de la historia, y eso es lo que voy a hacer.

Comienza con una niña que, tras ser brutalmente maltratada, consigue escapar de la garra de sus captores. Pero de lo que es incapaz de huir es del monstruo interior que se ha generado como consecuencia de ese maltrato, un ser que la obliga a automutilarse. Los años pasan y esa criatura interna, que ella percibe como externa, la empuja a asesinar a la familia que la maltrató. Finalmente, y tras darse cuenta de que nunca se deshará de ese mal, se suicida.

Hasta aquí el mensaje está claro, y la muy explícita y extrema violencia mostrada en ningún momento se percibe como gratuita. Es entonces cuando su mejor amiga desde niña, mientras piensa la forma de resolver todo el estropicio con tanto cadáver por la casa, encuentra a otra joven en el sótano, dándose cuenta de que nunca fue realmente consciente del horror vivido por su amiga (e incluso no acababa de creer que esa familia cuyos intestinos estaban repartidos por la casa fueran los culpables de nada), reforzando así todo lo vivido anteriormente.

Es a partir de aquí, cuando un enigmático grupo aparece en la casa, cuando la historia da un giro absoluto y se convierte en una sucesión de maltratos y palizas innecesariamente repetitivas que acaban cansando y que realmente no aportan nada nuevo hasta que, finalmente, llega un inesperado desenlace.

El problema de todo esto es que el mensaje y la intención más claros de la película emanan de la primera mitad, sin embargo el objetivo de la película es ese final irónico que hace gracia pero deja al espectador con una pregunta que debe aterrar a todo realizador: "Vale, ¿y?".

Martyrs es un ejemplo de buen hacer en varios aspectos: la tensión de toda la primera parte es impecable, la dirección, a cargo de Pascal Laugier, hábil, las interpretaciones remarcables y los efectos son extraordinariamente realistas. Sobrecoge, engancha y, eso seguro, no deja indiferente. En mi caso ha sido la segunda parte la que me ha dejado fría, pero la diversidad de opiniones está servida con este título y para otros es la primera mitad la que no dice nada.

En cualquier caso, para aquellos que disfruten de un gore de calidad, con más intención que el simple hecho de mostrar vísceras, Martyrs es un título imprescindible a pesar de sus patentes carencias.

5 comentaron:

Álex dijo...

Tuve que meditar que me había parecido esta película. Al final llegué a la conclusión de que la primera parte no está mal y que la segunda se esconde detrás de un supuesto discurso, intentando disimular un gran vacío. Lo que me cuentan no justifica toda esa violencia.

En eso me recuerda a la francesa Irreversible. Busca escandalizar, más que contar algo interesante.

Raúl Cornejo (Vivir Rodando) dijo...

He oido de todo sobre Martyrs. Aunque tu comentario positivo me pica para verla

Anónimo dijo...

Yo tb. soy de los que defienden la primera mitad y no encuentran el interés a la segunda, que encima contamina a la primera al anular ciertas virtudes y al menos dejarme a mi cierta sensación que lo que me gusta sólo está realmente ahí para llegar a una duración convencional de largometraje, porque esta claro que el tema tortura-revelación es la base de la película... pues que hubieran hecho una de sólo torturas y otra en la línea de la primera mitad, así todos contentos.

Daniel Martínez Mantilla dijo...

La verdad es que mis reaccciones ante la película no son muy buenas... básicamente porque me hizo sentirme horriblemente incómodo mientras la veía, especialmente en su segunda parte. Puedo soportar sangre gratuita y demas "gorecidades" pero la violencia "real", así, en una secuencia, y otra, y otra, y otra,... lo siento, pero no. Ni me gusta ni me parece bien. Di sí a las elipsis.

Me parece interesante lo que quiere contar pero me desconcierta y molesta el cómo lo hace. Es más de lo que muchas películas pueden decir pero aún así.

Anónimo dijo...

A mí la primera parte me gustó más que la segunda pero el planteamiento me pareció bastante típico y trillado, sin embargo es la segunda parte donde encontré un mensaje realmente original y que hará que esta pelicula perdure en mi memoria

 
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