31 mayo 2009

Los hombres que no amaban a las mujeres: Buena adaptación. Buena película.

Probablemente se podrán leer bastantes críticas de esta película en el mundo internetero. Críticas que hablen de la película, de todos sus detalles, de su historia.. etc. Yo he preferido, como seguidora y amante de la saga, centrarme en ese tema que siempre genera polémica: la adaptación. (No hay detalles de la trama ni ninguna clase de spoiler).

La adaptación cinematográfica es un mundo peliagudo. Aquello que conviertes en una película generalmente tiene una legión de seguidores que van a ser poco permisivos con tu visión de la obra. Los Hombres que no amaban a las mujeres, primer libro de una saga que ha vendido millones de copias, tiene cantidad de seguidores por el mundo. Este thriller de Stieg Larsson no sólo es un libro condenadamente entretenido sino que es uno de esos pocos bestsellers que de verdad tienen algo especial, que va más allá del simple entretenimiento y realmente se merece el éxito del que está disfrutando.

Es por esto que la adaptación era complicada. Siempre es complicada. Unos personajes muy bien definidos en la novela eran difíciles de reflejar completos en el film y aunque, efectivamente, hay detalles o historias que quedan fuera Niels Arden Oplev, Nikolaj Arcel y Rasmus Heisterberg, director y guionistas respectivamente, han hecho un gran trabajo.

Muchas veces no se comprende que el lenguaje cinematográfico no puede reflejar el nivel de información que ofrece una novela pero sí se pueden recurrir a trucos para solventarlo. El film se centra en el caso principal de la novela: la desaparición (y probable asesinato) de Harriet Vanger.

Conocemos a un Mikael Blomkvist algo diferente, poco perfilado al comienzo del film pero que desvela su verdadera identidad cuando se encuentra en una relación extraña con la aún más extraña Lisbeth Salander. Ella, el centro de la historia, lo mejor de la saga, es probablemente lo que mejor han sabido reflejar. su complejidad, su existencia tormentosa, su inteligencia y tenacidad. Una historia con tantos personajes e historias (y páginas) es imposible de adaptar completa pero .... ha sido capaz de reflejar lo esencial de esos elementos con pequeñas pinceladas y siempre reforzado por la labor de una extraordinaria dirección y un acertado montaje.

Y ¿A dónde lleva todo esto? A una buena película. Ya no hablo de ella como adaptación sino como obra independiente. Y ese es el objetivo primordial de una adaptación: surgir también como algo con identidad propia. La historia presenta alguna información que se desvela en el segundo libro de la saga pero que redondea la película como elemento en sí mismo, para que aquel que no ha leido el libro comprenda mejor a los personajes. Aquí no ocurre eso del "es que si no te has leido el libro, no te vas a enterar" "Sólo gusta a los que han leido la novela". No. Aunque el exceso de metraje (probablemente necesario) en una película de un ritmo como ésta seguramente le haga daño en su consideración final, el film es para todos los públicos. Es entretenida, interesante, la historia se desarrolla de una forma muy inteligente (saltándose pasos más o menos prescindibles de la novela) y, sobretodo, se apoya en unos personajes protagonistas muy bien conseguidos.

Lo mejor: Lisbeth Salander, interpretada por una espléndida y carismática Noomi Rapace. Que el film no queda a la sombra de la novela de Larsson.
Lo peor: El tramo final, tras el clímax de resolución del caso, dura demasiado y eso afectará a aquellos que no hayan leído el libro. Al fin y al cabo, ¿quién imaginaría que tras saber quién es "el malo" aún quedaría media hora de película?.

Los hombres que no amaban a las mujeres es una historia para estar en tensión, para reír, para admirar, para sentir asco y rechazo, para odiar y para amar. Y la versión cinematográfica refleja todo eso sin ninguna duda.

15 mayo 2009

Fuga de cerebros, ese gran éxito

Primero fue Mentiras y gordas (de la que ya hablamos en su momento) y ahora Fuga de cerebros. Ambas comparten dos cosas: un Mario Casas cada vez más cerca del estrellato y tener el honor de haberse convertido en los únicos nº1 del cine español en este 2009. Cuatro millones de euros en tres semanas y unas cifras de recaudación que aguantan estoicamente semana a semana. Increíble.

Y sí, no me he olvidado de Los abrazos rotos, esa infravalorada película que se ha convertido en el primer fracaso de Almódovar en muchos, muchos años. No es redonda, desde luego, pero no merece el varapalo crítico y comercial que ha tenido. Yo me alegro mucho de los éxitos del cine español pero es una verdadera pena que cosas tan simpáticas como Dieta mediterránea o la muy bien lograda El truco del manco pasen tan desapercibidas en comparación con las dos cintas adolescentes.

Siempre he pensado que uno de los problemas del cine español es su estúpida aversión a la promoción de las películas (si realmente quieren que su película se vea, deberían dedicarse partidas mayores a la publicidad de éstas) y el aparente nulo interés de los cineastas españoles por pensar en el público. Poco a poco se van dando pasos pero espero que estos vayan más allá de fugas, mentiras y gordas varias.

Tres párrafos y todavía no he hablado de Fúga de cerebros como película. ¿Por qué? Pues básicamente porque no hay demasiado que decir. En la línea de cosas como American Pie o Road Trip, la cinta da exactactamente lo que promete. Es entretenida, tiene buenos puntos y un gran personaje, el "chuli", el adolescente ciego interpretado excelentemente por Alberto Amarilla, una de las mayores promesas del cine español. Lo bien que está aquí y en El camino de los ingleses y lo forzadísimo que me resulta en Acusados, aunque claro, ahí la reina del cotarro es la hipersobreactuada Goya Toledo. Cada vez que la veo en escena deseo que la echen a los perros... pero bueno, que me estoy yendo del tema.

Fuga de cerebros abusa del humor escatológico (con más desaciertos que aciertos), parece un chiste (un gitano, un inadaptado, un paralítico, un cielo y un gay.... que sacan del armario a patadas sin venir a cuenta en el último momento y haciendo un paralelismo de lo más chungo), tiene la escena de sexo más gratuita de la historia del cine español - que no es poco - con esa explícita ensoñación que tiene como única excusa demostrar que en realidad hay tetas en el paraíso.

Y podría seguir, y seguir... pero tampoco merece la pena. Afortunadamente la vi en el preestreno que con lo malitas que están las cosas, seis euros pueden marcar una diferencia.

13 mayo 2009

Me muero por ver... Mapas de los sonidos de Tokio

Debo reconocer que mi interés por Isabel Coixet nació con Mi vida sin mí, una película que me llamó la atención inmediatamente. Tenía grandes expectativas para la que se acabó convirtiendo en una de las mejores películas de su año y uno de los más emotivos films de la década. Después llegó La vida secreta de las palabras, que, gustándome, me dejó un poco a medias. La maravillosa Sarah Polley volvió a convertirse en uno de los mejores aspectos de la cinta. Por último, Elegy me pilló fuera de España así que tuve que verla en DVD. Está bien pero me dejó un poco frío. A los que aman no me interesa ni lo más mínimo pero tengo Cosas que nunca te dije entre mis películas pendientes. Todo lo que he leído de ella es bueno.

¿Por qué hablo ahora de su nueva película, Mapa de los sonidos de Tokio? Pues porque hoy arranca una nueva edición del festival de Cannes más español que se recuerda, con Almodóvar y Coixet compitiendo por la Palma de Oro y Amenábar estrenando Agora fuera de concurso, todos en la sección oficial.

La sexta película de la Coixet es un drama compuesto por amor, crimen, sexo y venganza entre Ryu y David (intepretados por el siempre excelente Sergi López y la nipona Reiko Kikuchi, nominada al Oscar por Babel). Una joven de apariencia frágil que lleva una doble vida trabajando en un mercado y como asesina a sueldo, y un español que tiene una tienda de vinos son los protagonistas de la cinta producida por Mediapro. A continuación os dejo con el trailer doblado al castellano, no sin antes recordar que el film no llegará a las pantallas españolas hasta el 28 de agosto.


11 mayo 2009

Lobezno no afila sus garras

El universo de los X-Men continúa en la gran pantalla con X-Men: Orígenes, una nueva saga centrada en los comienzos de alguno de sus héroes. Lobezno ha sido el primero en protagonizar una de estas entregas mientras que Magneto dependía del éxito de las garras de Hugh Jackman. Tras 11 días desde su estreno en USA (y recorrer ya medio mundo), el título ha recaudado más de 200 millones de dólares, superando ya sus 150 de presupuesto. Recientemente, Halle Berry ha declarado que estaría deseosa de hacer lo propio con Tormenta.

La 20th Century Fox no ha querido arriesgarse a desperdiciar la posibilidad de otra rentable saga de superhéroes y con Lobezno ha ido a lo más comercial. Hugh Jackman interpreta a Logan, un joven muy especial que, junto a su hermano (un demasiado sobreactuado Liev Schreiber), hacen uso de su "don especial" para combatir en todas las guerras que la historia vive mientras ellos no envejecen. Pero entre ellos hay una gran diferencia y, tras varios sucesos que omito por aquello de no revelar demasiados detalles, los hermanos acaban enfrentados y Logan con sed de venganza.

El guión se ha tomado muchas licencias a la hora de adaptar ciertos sucesos en la vida de Lobezno y en las características especiales de quienes lo rodean, pero yo siempre seré defensora de que una adaptación es lo que es, y el lenguaje cinematográfico requiere ciertos cambios que generalmente ponen a los fans de la obra original de uñas, cual Dientes de Sable.

Sin embargo, el guión, a cargo de David Benioff (Troya) y Skip Woods (autor de las sorprendentemente recomendables Hitman y Operación Swordfish), cede ante cualquier intento de hacer una película de superhéroes diferente y de calidad (véase Iron Man) y se limita a los predecibles y comerciales clichés del género que dan como resultado una película simplemente entretenida. A ratos.

El nacimiento de Lobezno como tal está desaprovechado, se saltan cualquier intento de mostrar el descubrimiento de su poder y la aceptación del mismo (algo que siempre resulta interesante) para llegar cuanto antes a la acción trepidante. Los enfrentamientos entre los hermanos no sólo son repetitivos sino que a medida que se suceden no aportan nada nuevo ni a la trama y a su relación. Siempre acaban de la misma forma y nunca llegan a nada.

Los personajes secundarios, mutantes como Masacre (Ryan Reynolds) o Gámbito (Tylor Kitsch), estan enormemente desaprovechados. Si, el film está centrado en Lobezno pero cabalgan por toda cantidad de mutantes sin ni siquiera pararse a explicar en qué consisten sus poderes, introducen a los dos granjeros entrañables que prestan su ayuda (y la ropa de su hijo) a Lobezno para acabar con ellos sin realmente contar quienes son y cual es su importancia.

Realmente el espectador percibe el potencial de la historia, las posibilidades que podrían haber derivado del enfrentamiento de los hermanos y de la participación de todos esos elementos secundarios y por ello la decepción final se acusa más.

Lo mejor: Su ajustado metraje. Ya temía otra entrega de dos horas y media. Va a lo que va: soy una película palomitas y quiero que te entretengas para que la recomiendes y llevarme la pasta. La colección de torsos machos (para qué negarlo).
Lo peor: Sus posibilidades desaprovechadas. Un Schreiber insoportablemente odioso.

En definitiva, una decepcionante pero entretenida película que hay que ver con el chip palomitero y dejar a un lado las espectativas del universo X-Men.

 
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