09 agosto 2009

EX: Love Actually a la italiana

Por Silvia Crespo

Es mentira eso de que el cine es algo internacional o que va más allá de las fronteras, ir a ver una película italiana lleva ciertas connotaciones, al igual que cuando vas a ver un película argentina o cine asiático. Cuando te enfrentas a cine que no lleva el sello made in Hollywood te expones a una forma de hacer cine al que hay que acercarse sin prejuicios. Bien, mi pasado con el cine italiano (salvando dos o tres obras maestras) ha hecho imposble que no mire con cierto escepticismo esta comedia romántica. Antes de comenzar mi crítica sobre EX, me gustaría explicar que mis prejuicios hacia el cine italiano vienen después de ver títulos como Manuale d’amore (I y II) o Notte prima degli esami (Iy II también). Seguro que ahora me entendéis algo mejor.

Al ver el trailer de EX hubo dos cosas que me terminaron convenciendo para verla: la primera es que Fausto Brizzi (el director) había decidido tomarse en serio así mismo y no había hecho la tercera parte de Notte prima degli esami , y el segundo motivo fue el slogan del trailer “un amor no es para toda la vida, pero un ex sí”

Después de asumir que era una de las frases más coherentes que había escuchado últimamente (imaginaos de qué tipo de gente me rodeo) me armé de valor, me dirigí a los Ideal y dejando fuera todos mis prejuicios sobre el cine italiano, me dispuse a ver el nuevo fenómeno cinematográfico en el país de la bota.

Y lo cierto es que me he encontrado con una comedia sencilla pero agradable. De esas que te hacen echar alguna carcajada y una o dos lagrimitas al final. La cinta empieza como suelen acabar todas estas comedias romanticonas: con besos, muchos besos, que explican el principio del final de seis parejas muy diferentes que deberán lidiar con sus rupturas, divorcios, muertes repentinas y celos a miles de kilometros de distancia.

La película está llena de típicos tópicos que la hacen divertida, pero Brizzi con un elenco de esos de “vamos a juntar a todas las estrellas italianas vivas que no sean Sofia Loren”, no se olvida de meter esos pequeños puntos que la hacen fácilmente identificable como cine a la italiana. Me ha gustado eso de poder ver historias sencillas junto a otras de lo más bizarras, si le dais una oportunidad os vais a encontrar con el cura que se encuentra en la difícil situación de casar a su exnovia con un mamarracho de miucho cuidado, o la divertida persecución de Paolo a manos de un policía corrupto que le amenazará de todas las formas posibles para que deje de ver a la que fuera su pareja.

Además de Woody Allen, los italianos controlan como nadie los chistes de origen freudiano, y de eso aquí vais a encontrar bastantes. Y ¿por qué la califico como la Love Actually a la italiana?; pues porque creo que en el fondo nos vienen contando lo mismo: “el desamor es algo contra lo que todos debemos lidiar varias veces en la vida, pero y lo bien que se está cuando encontramos el amor”

Lo mejor: el 10 LODE para el cura Don Lorenzo y el pequeño guiño a la tierra media
Lo peor: los dos o tres chistes machistas de Luca, son de ese tipo de cosas que aquí serían políticamente incorrectos pero que en Italia parecen tener muy interiorizado
.(Silvio Orlando) y que parezca que sólo los heterosexuales tienen ex o algo que contar.

Me pregunto si Berlusconi con todo el lio delle velline y su divorcio, se habrá sentido representado en alguna de las historias que se exponen en esta película.

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