01 octubre 2009

Precious, el naturalismo más brutal

Hay que reconocer que empezar película con una brutal voz en off que reza Me llamo Precious. Tengo 16 años, voy todavía al instituto y me acabo de quedar embarazada por segunda vez de mi padre es toda una declaración de intenciones que se queda grabado a fuego en la mente del espectador. Siempre que alguién me ha preguntado de qué va Precious, le reproduzco automáticamente esa frase que recuerdo desde que, hace unas semanas vi el trailer. Dicho esto, hay que reconocer que en las manos equivocadas, en el momento equivocado, podríamos estar ante uno de los telefilms más tremendos de la década (algo así como el Boys don't cry de los 2000, esa tragedia que solo merece la pena ser revisitada por el espectacular trabajo de Hilary Swank). Afortunadamente, esta Precious va más allá.


Se puede acusar a Lee Daniels - quién durante la presentación de la película, en un ataque de honestidad, dio gracias al festival por acoger sus películas, incluso las malas, en clara referencia a la horrenda Shadowboxer, que pude ver hace tres años en la sección Nuevos directores - de hacer una película populista, un crowdpleaser que llaman en Estados Unidos (no obstante ha ganado el premio del público en los festivales de San Sebastián, Toronto y Sundance) pero también hay que reconocerle que estamos ante una de las películas más poderosas e interesantes de los últimos tiempos.


En numerosas ocasiones - el año pasado con Camino, sin ir más lejos - hemos visto las desventuras de una heroína puteada que tiene alucinaciones / ensoñaciones para superar todas sus penurias. Daniel repite el recurso aunque le da una inesperada frescura y autenticidad que a estas alturas de la jugada no se espera (la mejor de ellas, sin duda, es la inclusión de Precious y su madre en una película neorrealista italiana). Y hablando de su madre, Monique (a secas, sí, como Cher y Chayanne) aspira a ganar todo este año por la interpretación de la monstruosa madre de la protagonista. A pesar de ser un papel sin contrastes y excesivo a todas luces, lo espectacular de dos de las escenas cumbres de la película (entre ellas el desgarrador final, que Monique roba absolutamente), auténticos clips de Oscar prefabricados, hace que, días después de ver la película, el espectador siga sin poder olvidar la película. En otra liga juega la debutante, Gabby Sidibe, que apuesta por la naturalidad y la credibilidad en un papel difícil y emotivo. No deja de ser curioso como los dos papeles centrales (lo siento por los fans de Mariah Carey, sólo aparece en dos escenas) de la película se afrontan desde dos lugares tan opuestos.


Al igual que El secreto de sus ojos, esta adaptación de una tal Saphire, Precious parte de una historia un tanto tópica - aunque sin llevar a los extremos de la cinta de Daniels - que se salva, y hasta qué punto, tras demostrarse de nuevo que el cine es un medio en el que muchas veces es más importante el cómo se cuentan las cosas, que lo que estás contando en realidad. En definitiva, una gran película, original, emotiva y, pese a las atrocidades que se están contando en pantalla, divertida.Imprescindible.

3 comentaron:

OsKar108 dijo...

Me la apunto. ¿Cuando sacaré tiempo para ver todas las qe me interesan? ni idea, pero apuntada queda.

¡Saludos!

Fhilippos dijo...

La tengo que ver si o si y sobre todo después de leer una crítica como esta :)

Lo mejor, gracias a Dios no tenemos que soportar a la Carey durante todo el largometraje, me has aliviado xD

Adriii dijo...

sin duda una de las grandes del festiva.. un título que podría haber sido la película más tipica del mundo pero acaba siendo una historia emocionante e impactante. Grande Precious.

 
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