09 julio 2011

Maratón Harry Potter: El Misterio del Príncipe

Después de ceder su puesto a Michael Goldenberg , Steve Kloves vuelve a coger la pluma de Harry Potter para adaptar la que en ocasiones retitulo Harry Potter y el no-misterio del Príncipe, uno de los títulos más fallidos de toda la saga.

Cuando se habla de adaptaciones, mi posición siempre es muy permisiva y comprensiva con la diferencia de lenguajes entre una novela y una película y la imposibilidad de plasmar toda la información que permite ofrecer la palabra escrita, sobretodo cuando se trata de tantas páginas como en la saga de J.K. Rowling. Sin embargo, en este caso considero que la gran causante de que “El misterio del Príncipe” sea tan fallida viene de una adaptación poco hábil y una administración de tramas demasiado irregular y con las prioridades equivocadas.

Los verdaderos conflictos que se manejan en el libro, tomando como columna vertebral el misterio del príncipe mestizo y el pasado de Voldemort. Los episodios hormonados de sus protagonistas son lógicos por edad y resultan entretenidos pero Kloves ha abusado demasiado de ellos en su libreto sobretodo cuando se tiene en cuenta la cantidad de historia y tensión potenciales de la novela y que éstos alivios sentimentales deben funcionar en segundo plano como potenciador de las emociones de sus protagonistas. El guión acaba limitándose a una sucesión de escenas con una conexión muy pobre entre ellas y donde la evolución brilla por su ausencia salvo, quizá, en el caso de Draco Malfoy.

Formalmente, la entrega funciona. La fotografía sigue destacando, el diseño de producción es excelente y David Yates sigue perfeccionando su puesta en escena y el uso del punto de vista de sus planos brilla más que el contenido de las secuencias. Lo más decepcionante del aspecto técnico es, al igual que en la anterior entrega, la banda sonora original de Nicholas Hooper. Carente de toda épica y reminiscencias a cualquier leit-motiv de la saga, la partitura de Hooper es pobre, no acompaña ni consigue destacar por sí misma o elevar la emoción de las secuencias.

Instrucciones de uso: Con el segundo visionado, sabiendo ya lo que uno se va a encontrar, esta sexta entrega gana en entretenimiento y se disfrutan ciertos pasajes de la historia de forma individual. Como conjunto sigue dejando un sabor de boca muy agridulce.
Harry Potter y el Misterio del Príncipe es un trámite necesario para llegar a las dos últimas entregas de la saga pero no funciona por sí misma y deja una sensación de macguffin muy similar a la de La Orden del Phoenix cuando había material suficiente para haber ofrecido dos horas y media de buena mitología harrypotteriana.

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