17 septiembre 2011

Con derecho a roce (y unas cuantas sonrisas)

Truman Capote e Infamous. Armageddon y Deep Impact. Silverado y Wyatt Earp. Volcano y Un pueblo llamado Dante's Peak. Todas estas producciones tienen algo en común: sólo un puñado de meses ha separado el estreno de dos películas con una temática en común. Antes de que el próximo año veamos hasta ¡¡tres!! revisiones del cuento de Blancanieves y los Siete Enanitos, ya tenemos el díptico romántico del 2010: las comedias románticas, presumiblemente ácidas y divertidas, Sin compromiso y Con derecho a roce, rom-com que aqui nos ocupa. Justin Timberlake y Mila Kunis, secundarios de lujo de las dos mejores películas del pasado año (La red social y Cisne Negro), son sus atractivos protagonistas.

La evolución de las relaciones sociales, concretamente las sentimentales, ocupan el centro de esta comedia romántico - sexual. Se agradece que dejen de lado las patochadas que han caracterizado las películas más recientes de actrices como Katherine Heigl o Kate Hudson, pero lo cierto es que Con derecho a roce aborda, con menos éxito, la complicada línea que separa la amistad del sexo que tan brillantemente trazaba hace veinte años Cuando Harry encontró a Sally. Han pasado veinte años desde que se estrenase la comedia de Rob Reiner, pero pocas películas del género rozan el nivel de una divertidísima cinta que funcionaría como presagio de las relaciones personales en el cambio de siglo.

Sin olvidar que estas películas son mucho menos rompedoras y originales de lo que quieren hacer creer al público, Con derecho a roce entretiene y logra sacar más de una carcajada en sus acertados dos primeros actos. Cultura pop, sensualidad y chistes muy de nuestro tiempo (y no en el mal sentido del término, un buen ejemplo son los chistes de las aplicaciones de los smartphones que aparecen en la película) se dan de la mano en un conjunto que se queda por debajo de la anterior película del director y coguionista Will Gluck. Su Rumores y Mentiras , la película que reveló a la estupenda Emma Stone, es más redonda y divertida, pero la película de Kunis y Timberlake (que demuestran una química bastante correcta como pareja) es muy efectiva a pesar de sus tópicos, los inevitables protagonistas del previsible acto final de la historia. Conociendo el género como nos lo conocemos, no esperábamos otra cosa... pero qué gusto da llevarse una agradable sopresa, ¿no? Pues no es el caso.

Instrucciones de uso: No apta para aquellos que esperan algo más complejo, profundo y ambicioso del cine romántico (Beginners y 500 días juntos son dos ejemplos recientes), Con derecho a roce se eleva ligeramente por encima de la media del maltrecho cine romántico. Una buena química en pantalla de la pareja protagonista y una cantidad suficiente de gags cubrirán las necesidades y aspiraciones de los fanáticos del género.
Los más cínicos tienen por delante un producto que en cierto modo se queda a medio camino de lo que promete, pero que definitivamente funciona mejor que su rival y predecesora Sin Compromiso. Se esperaba algo más del nuevo trabajo de Gluck, no obstante.

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