Acudí esperanzada a ver la tercera entrega de esta saga de piratas y la verdad es que no me ha decepcionado.
A grandes rasgos,
Piratas del Caribe: En el fin del mundo es altamente entretenida y no se hace larga a pesar de su excesiva duración, y tiene sus dosis de humor. Cumple su función.
El
guión, como viene siendo habitual en todas las entregas, tiene bastantes entresijos, bastantes giros y, en ocasiones, es hasta lioso, lo que lo hace considerablemente interesante, incluidas las secuencias más fantasiosas como los miles de Jack Sparrows en el barco movido por cangrejos.
Jack Sparrow no ha perdido su frescura aunque, sin embargo, su humor no es tan efectivo y fresco como en la primera entrega o, incluso, la segunda. Con todo,
Johnny Deep hace un trabajo excepcional una vez más e incluso en algunos momentos de la película, en múltiples Jacks.
El papel de
Elisabeth, bien interpretado por
Keira Nightly, ha sido uno de los que más ha evolucionado a lo largo de la saga, volviéndose cada vez más relevante e interesante, todo lo contrario que
Will Turner, un personaje bastante insípido desde el principio, interpretado por un
Orlando Bloom al que nunca veré el talento, y que ha perdido interés con el paso de las entregas.
Pero sin duda el personaje más interesante de esta tercera parte es
Davy Jones, el condenado capitán de
El Holandés Errante que tiene una triste historia que esconder, una bonita pero desafortunada historia de amor con la diosa del mar,
Calisto (a quien deberían haber nombrado antes en las sagas porque su aparición repentina queda un poco forzada). Además Davy Jones es, para mí, el elemento de la saga mejor realizado en cuanto a efectos especiales se refiere.
Las secuencias de
acción son correctas, entretenidas y la batalla final es bastante espectacular aunque podría haberlo sido más, y nos lleva a un desenlace que nunca hubiésemos imaginado que dista bastante de ser un
final feliz, y que resulta muy elegante.
Tras los créditos, descubrimos la
sorpresa de una secuencia final en la que vemos a Elisabeth diez años después, con un hijo y esperando en la isla a que aparezca Hill Turner, el nuevo capitán de El Holandés Errante que sí cumple con la misión que le corresponde.
Pero sin duda uno de los aspectos de la película, y de toda la saga, que hay que destacar por encima de muchos otros es la impresionante banda sonora de
Hans Zimmer (que si no es mi compositor de BSOs favorito, anda cerca). Este señor tiene una habilidad impresionante y pasmosa para captar la esencia de una historia y transformarla en notas. Sea una historia oscura, épica o amable, Hans Zimmer sabe cómo hay que hacerlo.
Lo mejor: Davy Jones. La banda Sonora
Lo peor: Que podría tener mucho más humor. Orlando Bloom.
La Secuencia: La original ceremonia de bodas de Elisabeth y Will.
*** Piratas del Caribe, en el fin del mundo, una película palomitas para pasar un rato altamente entretenido y disfrutar de unos efectos especiales y música magníficos. Para disfrutar con la familia o los amigos. Cine espectáculo puro.