Esta es la historia que nos cuenta Danny Boyle en su última película como director, en la que vuelve a su yo más videoclipero y tan crudo y onírico como le recordamos de títulos como Trainspotting.
Con la remarcable interpretación de James Franco como Ralston, 127 horas es una experiencia visual más que narrativa. Durante la hora y media de su protagonista atrapado en una roca, somos testigos de la evolución de una persona cada vez más consciente de su propia muerte.
127 horas es muy efectiva a la hora de transmitir sensaciones. El uso de la luz, los planos subjetivos y de unos puntos de vista muy diferentes y orgánicos, consigue conectar con los cinco sentidos del espectador, que se descubre paladeando los pequeños tragos de agua de Aron o casi sintiendo el agradable calor del sol en su piel.
Boyle se mete en la mente de Ralston y opta por hacer un cocktail de sueños, recuerdos e intento de supervivencia muy efectivo que narrativamente en ocasiones pierde el norte pero es tan hipnotizante que no importa. Además, disfruta jugando con el espectador y la información que éste tiene de la historia y su final.
Los medios han destacado esos 3 minutos de angustia tan explícitos que han provocado desmayos en algún festival pero 127 Horas es mucho más que eso. Es un experimento de realización interesante y recomendable.
Se estrena el 7 de Febrero en España.
PD: Quiero agradecer a 20th Century Fox España por invitarnos a mí y a otros bloggeros a un pase exclusivo en sus oficinas. Apreciamos mucho este tipo de iniciativas que aún no abundan entre el mundo blogger.