
He de reconocer que, tras Chicago, tenía muchas ganas de ver este nuevo musical de Rob Marshall. Si a las credenciales le sumábamos el, cuanto menos, llamativo reparto, las expectativas aumentaban aún más. Pero ha sido una grandísima decepción.Toda la idea está tremendamente desaprovechada, el protagonista no consigue empalizar con el espectador, los números musicales ni la película tienen alma, la historia va a trompicones y se hace pesada, el elenco está desperdiciado, no brilla en ningún aspecto: ni el guión, ni la dirección, ni musicalmente, ni vocalmente, ... Nada. Bueno, vale. Pasamos la dirección artística y fotografía pero es algo que daba tanto por hecho que casi ni lo percibo como punto positivo. Y las actrices están bastante mal...