30 abril 2009

I'm just not that into this movie

No voy a negar que tenía ganas de ver He's not that into you, el nuevo título de Ken Kwapis, director y productor de varios episodios de The Office y de la considerablemente divertida Licence to Wed (hasta que el cura nos separe). Ya hablé de ella como una de mis películas esperadas y es que últimamente escasean las películas dignas de la columna choni (no, cosas tipo “Una pareja de tres” no cuentan).

Los primeros minutos de la película hacen gala de lo que promete: una comedia romántica que quiere poner los tópicos de las relaciones sobre la mesa y reirse de ellos. . Nada más lejos de la realidad. He’s just not that into you acaba siendo de lo más convencional que uno puede echarse a la cara. La protagonista es un insulto al género femenino, la típica obsesionada con conocer a chicos, la típica triste que se queda en su piso mirando al teléfono esperando a que su última cita la llame y la típica que analiza cada mínima frase o gesto de los hombres con los que se relaciona.

Además de ella, tenemos al matrimonio infeliz con infidelidad a juego, el tópico de los maridos viendo el fútbol mientras beben cerveza, la que se dedica a conocer a gente por Internet, la amante bohemia y lanzada y, no podían faltar, los amigos gays graciosillos. Esto no me molestaría si se hubieran creado para mofarse de esos tópicos, cosa que no es cierta. Contra todo pronóstico, ya que era la historia que menos me llamaba la atención, la mejor trama de la película es la protagonizada Beth (Jennifer Aniston) y Neil (Ben Affleck), una pareja que llevan 7 años juntos pero que aún no se han casado. Con muy pocas secuencias, Kwapis expresa a la perfección lo absurdo que resulta obsesionarse con el matrimonio y el momento más emotivo del film es cuando Beth se da cuenta de que su novio se preocupa más por ella, la quiere más y está más dispuesto a estar el resto de su vida con ella que otros que se han casado con sus parejas. Esto se expresa incluso antes sólo con la mirada de Ben (Bradley Cooper) cuando habla con Neil a cerca del matrimonio y tras decirle que todos los hombres no quieren casarse ya sólo por la idea de no poder estar con otras mujeres, Neil le contesta rotunda pero naturalmente: Yo sólo quiero estar con Beth.

Salvo esa historia, lo demás parece un frívolo episodio de Sexo en Nueva York con un puñado de treintañeras histéricas que piensan y actúan como hemos visto mil veces en estas películas derivadas de “las mujeres son de Marte y los hombres de Venus”. Los hombres también son un cúmulo de tópicos mujeriegos para los que las mujeres son algo de usar y tirar y no son capaces de aguantar su virilidad dentro del pantalón. Estoy exagerando un poco y soy consciente de ello, pero esperaba mucho más de este título y ni me ha dado la originalidad o la visión que me esperaba ni siquiera me ha entretenido demasiado. Va a su ritmo, lo que no sería malo si lo que pasa tuviese más interés.

Lo mejor: La historia de Jennifer Aniston y Ben Affleck (con la manía que le tengo). Con diferencia.
Lo peor: Que prometía mucho y empieza bien pero no ha sabido desarrollar la idea por el camino correcto.

He’s just not that into you, cuyo título provisional español es, y no podría ser de otra manera…, ¿Qué les pasa a los hombres? probablemente gustará a los que disfruten de las películas del género. Ni es mala, ni es aburrida pero tampoco es imprescindible y decepcionará si se tienen las expectativas altas como en mi caso. No tiene fecha de estreno prevista en España, por cierto.

29 abril 2009

Porque los Pagafantas existen

Hola compañeros pagafantas. Todos saben que el mundo se colapsaría de no ser por nuestra aportación al mundo de la pareja. Cualquier queja, lloro o necesidad de cariño es inmediatamente respondida por nuestra parte a la vez que dejamos que esa chica que tanto nos guste esté accesible para el resto de hombres que no tiene la bendición de ser como nosotros. Pobrecitos, algo había que dejar para ellos. Sin embargo hoy no estoy aquí de mi maravillosa (no) relación con la mujer de mis sueños, sino para informaros de la existencia que al final reconoce nuestra imprescindible aportación al universo de las relaciones de pareja, ese que quizá conozcamos en una próxima vida y, claro está, el título no puede ser más atinado: Pagafantas.

Nuestro representante en la película se llama Chema (bueno, en realidad, tenemos dos, ya que nos hacen una película había que tirar la casa por la ventana!) y lleva una vida apasionante encerrado casi todo el día en casa de sus padres y saliendo de parranda los miercoles y los jueves.

Lo único que llama un poco la atención para mal es que tenga una ex que quiere volver con él y que, en todo caso, no sea al revés, pero bueno, eso no es lo importante. Nuestro Chema conoce un día a una joven argentina que está buscando algo en un cubo de la basura y se enamora de ella en cuanto ésta le hace un poco de caso. A partir de ahí los típicos síntomas, gestos que delatan el cariño que le tiene, un antiguo novio macizo que reaparece, favores disparatados que ha de realizar, etc. En definitiva, nada que ninguno de nosotros no conozca.

Sin duda el mayor acierto de la película es la elección de Gorka Otxoa como protagonista. Vale que puede acabar un poco encasillado tras lo genial que estaba en este tipo de papel primero en Vaya Semanita (en especial en la sección del Human behaviour) y luego en la tristemente cancelada Cuestión de sexo como Gonzalo, donde además de pagafantas le costaba lo indecible sacar el carnet (amigos pagafantas aquí uno que reconoce que no lo sacó hasta el séptimo intento). Tanta experiencia redunda en una credibilidad asombrosa donde juega estupendamente con ese sentimiento típico de nosotros de provocar risa a la vez que da cierta penita.

Del resto del reparto hay que hacer una primera parada en el personaje del tio Jaime interpretado por Óscar Ladoire. ¡Quién nos iba a decir que el crápula vicioso de Las edades de Lulú iba a ser un homólogo nuestro! Igualmente creíble aunque optando por un cóctel más orientado a la penita que al ser graciosillo la verdad es que no puedo buscarle pegas a su actuación. El resto de personajes pues las chicas que nos llevan por la calle de la amargura son Kiti Manver y Sandra Garciarena, muy acertadas las dos aunque me cueste ver lo que le gusta a Chema de la segunda más allá de su buen físico y de ser simpática, pero bueno, cada pagafantas tiene su debilidad particular ¿verdad, chicos?

Por lo demás, apariciones breves del gusto de la chavalería como dos actores de Muchachada Nui, otros dos más de Vaya Semanita (una pena que Alejandro Tejería no sea uno de ellos y más al sí figurar entre los agradecimientos de los títulos de crédito) y Michel Brown, el tío ese de Pasión de Gavilanes que tan mal nos cae a todos nosotros, pero bueno, cumple con su papel.

En definitiva chicos, Pagafantas es la película para dar a conocer nuestra particular forma de ser y realiza un retrato certero, divertido y simpático de ver a la vez que resulta coherente con su propuesta. Hasta julio no se estrena, pero ya ha sido reconocida con el premio de la crítica en el reciente festival de Málaga. Se ve que gustamos, así que no seáis tan rancios de no acercaros a verla cuando finalmente se estrene.

27 abril 2009

La Vergüenza se impone en Málaga

Fue la encargada de abrir el festival y la última en subirse al escenario para recoger la Biznaga de Oro a la mejor película del Festival de Málaga. La Vergüenza, del debutante David Planell, se alza también con el premio a mejor guión. Así lo ha decidido un jurado compuesto, entre otros, por Alex de la Iglesia y los actores Emma Suárez y Ruben Ochandiano. 

 La otra gran ganadora de esta edición ha sido Tres días con la familia, ganadora del premio a la mejor dirección y actores protagonistas para Nausica Bonnín y el siempre excelente Eduard Fernández. Fuga de cerebros (de la cuál hablaremos muy pronto) añade el premio del público a su reciente número 1 en la taquilla española. 

PALMARÉS 12 EDICIÓN FESTIVAL DE MÁLAGA

Biznaga de Oro Mejor Película La Vergüenza, de David Planell
Premio especial del jurado El niño pez, de Lucía Puenzo
Mejor dirección Mar Coll, por Tres días con la familia
Mejor actriz Nausicaa Bonnín, por Tres dias con la familia
Mejor actor Eduard Fernández, por Tres días con la familia 
Mejor actriz de reparto Toni Acosta, por 7 Minutos
Mejor actor de reparto Sancho Gracia, por 7 pasos y medio 
Mejor guión  La vergüenza, de David Planell 
Mejor Banda Sonora Joan Saura, por 7 pasos y medio 
Mejor fotografía Rodrigo Pulpeiro, por El niño pez 
Mejor vestuario Antonio Belart, por The Frost
Mejor maquillaje Astrid Lehmann y Michaela Oppl, por Flores Negras 
Mejor guión novel Borja Cobeaga y Diego San José, por Pagafantas 
Premio del público Fuga de Cerebros

20 abril 2009

500 días de verano, ¿la nueva gran comedia romántica?

Salgo de mi temporal retiro bloggeril (semanas muy ocupadas, mis disculpas) para hablar de una de las sensaciones del último festival de cine independiente de Sundance, (500) days of summer. Las críticas iniciales hablan de la próxima gran comedia indie. Y falta que hace... el cine actual está necesitado de buenas comedias románticas. ¿Quién iba a pensar que se acabaría echando de menos los estrenos de Sandra Bullock y Meg Ryan? Además de mí, claro, que yo debo reconocer que soy bastante fan de ambas.

En su reparto nos encontamos con la cantante y actriz Zooey Deschanel (la sorpresa del Dí que sí de Jim Carrey) y el muy prometedor Joseph Gordon-Levitt, el maravilloso chapero de Mysterious Skin, y doble del malogrado y genial Heath Ledger.

La película se estrena en Estados Unidos el 17 de julio está dirigida por el debutante Marc Webb. La cinta aún no tiene fecha de estreno en nuestro país.


16 abril 2009

Señales del Futuro,

Es un delito ir tan poco al cine y, cuando se va, elegir este tipo de títulos. Pero a veces las películas palomitas en compañia de amigos no estan mal, aunque casi cualquier elección es mejor que una con Nicolas Cage...

Señales del futuro tiene un título y un trailer engañosos. No hay grandilocuencias in extremis, no es un astrofísico intentando salvar al planeta, algo a lo que estamos acostumbrados en este tipo de tramas. Es un pobre viudo que intenta proteger lo único que le queda: su hijo.

La película entretiene, que es su principal fin pero sorprende positivamente a nivel de guión ya que están muy cuidados ciertos aspectos de la historia. Desde pequeños detalles como el nombre del hijo hasta elementos más vistosos como el sueño premonitorio.

Es probable que muchos la critiquen por su final pero realmente es lo que redondea una película que podría haber sido más pero que se queda a medias en sus intenciones. Desde el principio hasta el final de la historia hay gran cantidad de pistas que hacen posible predecir el desenlace. Ojo, no digo que sea predecible, sino que una vez ves a dónde llega todo es fácil pensar: cómo no lo he pensado antes.

Señales del futuro es un thriller que juega a ser una película de acción. Tiene grandes momentos dignos de lo segundo, como el accidente del avión o otras catástrofes pero sabe jugar con el suspense e incluso el terror psicológico con la premonición del incendio o la visita a la casa de Lucinda.

El gran problema de este título es no sabe aprovechar todos los elementos que pone sobre la mesa y se queda a mitad de camino de todo lo que cuenta y, sobretodo, en su intención. La historia avanza a trompicones y hay giros introducidos con calzador, como toda la intervención del personaje de Rose Byrne y su hija. La evolución de la obsesión John, interpretado por un correcto Cage, es muy irregular y no ayuda mucho a todos los flecos de la película. Y al final uno se queda con esa pregunta de: Vale, ¿y?

Lo mejor: El final. La espectacularidad de sus momentos de más acción.
Lo peor: El personaje de Rose Byrne, metido con calzador y muy mal llevado en la trama. Que la criticarán por su final.

Señales del futuro es un título palomitas que cumple su cometido de entretener pero se queda a mitad de camino de haber sido algo más.

06 abril 2009

La magia de Jurassic Park sigue viva

Recientemente los cines de la Filmoteca nacional en Madrid ofrecieron la oportunidad de volver a disfrutar en la gran pantalla de uno de los títulos más improtantes en la historia moderna del cine: Parque Jurásico.

Hace casi 16 años del estreno una de las obras insignia del ambicioso y visionario Steven Spielberg, concretamente se estrenó en nuestro país el 20 de Septiembre de 1993, y a pesar del tiempo pasado, el título conserva su magia y todo aquello que la hace especial.

En un momento como el de ahora, en el que la evolución de los efectos especiales crece esponencialmente, parece mentira que unos animatronics como los usados en el rodaje de la película jurásica sigan aguantando el tipo. Esos robots con forma de T-Rex o de Velociraptor que debían tapar si se ponía a llover a mitad del rodaje siguen siendo los mismos terroríficos y peligrosos saurios de hace 16 años.
Michael Crichton puso sobre la mesa, supuso un antes y un después como el propio Spielberg lograse con Tiburón casi 10 años antes.

La realización es impecable, la combinación de humor, tensión y acción es tan hábil como efectiva. No importa cuántas veces se haya escuchado, la banda sonora del maestro John Williams sigue emocionando por sí sola y aún pone la carne de gallina cuando se disfruta de la película. Es especialmente remarcable la famosa e inolvidable llegada del helicóptero a la isla con el live motive principal.

No voy a negar que peca en guión de ciertos giros y momentos típicos del género pero que, porqué no, forman parte de su magia y no cantan demasiado como para hacer que decaiga todo aquello que la hace especial.

Soy consciente de que hay mucha nostalgia en este crítica pero realmente volver a disfrutar de una de mis películas favoritas, que disfruté (y temí) en el cine con tan sólo 10 años, en pantalla grande y, además, en versión original es algo que hace dos semanas nunca hubiese pensado que pasaría. Doy las gracias a la Filmoteca por recuperar todo tipo de clásicos porque, al fin y al cabo, Jurassic Park es un clásico.

05 abril 2009

Mentiras y gordas, sleeper del año

"El sexo vende" es una de las máximas básicas de la publicidad. Y de la vida en general. Mítica es la historia que cuenta cómo miles y miles de españoles cruzaban la frontera española para ir a Francia a ver El último tango en París. Un cuerpo desnudo y un poco de mantequilla era suficiente para convulsionar una sociedad. Aunque no vivimos en los mismos tiempos - gracias a Dios - el sexo continua siendo un gran reclamo. Los tiempos en los que vivimos, en cambio, se caracterizan entre otras cosas por una repulsa casi generalizada del público medio hacia el cine español. Lo lógico es que ese desprecio afectase también a la televisión... pero no lo hace. Ni mucho menos. Es tán difícil encontrar una película española en los primeros puestos de la taquilla como una serie extranjera (CSI aparte) que domine los ratings. Dicen que por aquello del factor identificación, que me lo puedo creer... si afectase también al cine. La verdad es que yo todavía no me lo explico, pero ese no es el tema que aquí nos ocupa.

Me imagino la conversación que tuvieron Menkes y Albacete, responsables entre otros films de Sobreviviré: Si juntamos sexo, drogas y los actores televisivios más de moda del momento, vamos a llengar las salas, diría uno. Y la historia va a ser lo de menos, que diría el otro. Me alegro que de vez en cuando dentro del cine español se piense en el público y en hacer taquilla con las películas, no darse por satisfecho sólo con estrenar y arañar un par de nominaciones en los Goya. Nunca dejáre de criticar la estúpida decisión de Díaz Yanes de mezclar todos los libros de Alatriste en una sóla película porque él no quería hacer más, matando la película en sí misma y las posibilidades comerciales de la saga a largo plazo. Por poner un ejemplo.

Mentiras y gordas es un desfile de escenas de sexo y adolescentes, por lo general idiotas, metiéndose todo lo que pillen por el camino. No se han molestado en hacer una historia que envuelva el morbo que tanto ha atraído al público. Los directores han dicho que no aspiramos a hacer una historia generacional. Se nota, primero porque no estamos en los 80-90, hoy en día la gente sabe que las drogas son malas, que el sexo sin protección es peligroso,... la juventud sabel lo que hay, aunque luego hagamos lo que nos de la gana.

Historias del Kronen tenía una premisa similar... pero era bastante más interesante, había algo más detrás. Aquí todo es provocación y morbo... que sí, que reconozco que he ido a verlo y he caído como el medio millón de personas que la ha visto en menos de diez días, pero me hubiese gustado encontrar algo más. Era tan sencillo como pasar de cinco a tres parejas protagonistas, quitar un poco de sexo y añadir conflictos. No llegamos a saber realmente qué le pasa a los personajes, por qué hacen lo que hacen. ¿Qué hace Hugo Silva además de meterselo todo y enseñar cuerpo serrano? ¿Y Maxi Iglesias? Luego está el tema de la gorda Miriam Giovanelli. Además de bromas estúpidas, que decidí no tomarme en serio, ¿no era más fácil y más creible coger a una chica que estuviese minimamente gorda? Repetir la jugada almodovariana de ponerle relleno a la chica es tan notoria como estúpida. El conflicto se presenta como un chiste, no como un problema. Y que alguien me explique por favor qué le pasa a Marieta Orozco, delgadísima y muy fea. No parece la misma chica que diez años atrás ganó el Goya revelación por Barrio. El momento Asier Etxeandia también merece comentario aparte, casi tanto como la escena del orgasmo de una de las chicas. Da la impresión de los directores no se toman su propia película en serio. Y para acabar con la obvia moraleja de la película... tan obvia como incoherente. Se ve de lejos que un personaje va a morir pero sinceramente creo que la elección es del todo incorrecto. Si te vas a poner simple y moralista te deberías cargar al personaje que lo pide a gritos durante todo el metraje y que es totalmente olvidado en el tramo final de la película.

No todo es malo en Mentiras y gordas. La canción de Alaska está bien y la pelicula a pesar de sí misma es entretenida. Mario Casas también cumple aunque es su compañera Ana María Polvorosa, la divertida Lorena de Aída, la que sorprende en un registro completamente diferente. Deseando estoy verla en un proyecto de mayor interés y enjundia. Me quedo con eso.

 
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