12 agosto 2010

Origen, la nueva obra maestra de Christopher Nolan

A estas alturas mucho (y generalmente bueno) se ha comentado sobre la nueva genialidad de Christopher Nolan pero yo no puedo resistirme a desmenuzar los motivos que para mí hacen de este título un absoluto imprescindible y el mejor del año hasta el momento (con perdón de En Tierra Hostil). Este texto va a estar repleto de detalles sobre los personajes y la trama así que, si no la has visto, no sigas leyendo y corre al cine más cercano ;)

¿Por qué me ha gustado tanto Origen y creo que es el mejor título del autor hasta ahora? Porque tiene una historia interesante, original y trepidante que, aunque compleja, se comprende perfectamente y cuenta tantas cosas con tantos detalles y niveles. Voy a intentar resumir todo aquello que más me gustó o impactó asumiendo que, probablemente, no le haga justicia.

He escrito esta entrada mientras escuchaba la fantástica banda sonora de la película, compuesta por el maestro Hans Zimmer. Tú puedes escucharla mientras me lees ;)

Los personajes
Es cierto que los personajes secundarios quedan algo superficiales. Salvo algunos deseos e impulsos que les mueven, todo el peso dramático recae sobre Cobb (un infravalorado Leonardo DiCaprio que a mí con cada película que protagoniza me gusta más), su esposa muerta y sus miedos. El resto del equipo que ayuda a implantar la idea en el subconsciente de Fisher son piezas muy necesarias para comprenderle y comprender todo el mundo onírico creado en la película pero sin objetivos. Como mucho resaltaría la curiosidad del personaje de Ellen Page.v El único con una motivación real, a parte de Cobb, es Saito.

A Cobb la culpa le supera. Creó un mundo de sueños sólo para él y su esposa en el que envejecer juntos pero acabó volviéndose en su contra y ella se olvidó de que aquello no era real. Cobb quería despertar y decidió implantar una idea en ella y conseguir que fuera consciente de que estaban en un mundo imaginario. Cuando despertábamos el pensaba que la confusión de volver a verse joven la había vuelto loca. Pero no. Esa idea implantada había llegado tan adentro que había dañado la percepción del mundo de su mujer para siempre.

El guión
La estructura del guión es realmente admirable. Comienza introduciendo al espectador directamente en el mundo de los sueños. Primero nos enseña el limbo, algo que cuando Saito es herido y Cobb explica los peligros del limbo, irremediablemente lleva a comprender la naturaleza de la primera secuencia. Después nos muestra los sueños dentro de los sueños y el valor de “la patada”. Una vez que conocemos las motivaciones que mueven a Cobb y la idea del “Origen”, llega la fase de explicar al espectador las reglas del juego.

Una historia como esta tenía muchas probabilidades de volverse demasiado confusa si no se contaba bien o de resultar demasiado tediosa si se paraban a explicar cada detalle. Pero Nolan supera con creces todos esos peligros potenciales e introduce a todos los personajes en el juego a la vez que coloca al espectador en mitad de su mundo y con sus reglas de forma más que efectiva. Poco a poco va creando esa base de tensión y para cuando están a punto de entrar en el primer nivel del subconsciente de Fisher, servidora no pudo reprimir un semiaplauso de emoción.

Pero la tensión nunca acaba. Con una habilidad pasmosa, Nolan crea diferentes niveles de narración gracias a los diferentes niveles de sueño, a todos les otorga algo interesante, en todos coloca tanto suspense como emoción y poco a poco va creciendo esa curva trepidante de la que es imposible escapar. Cada milímetro que la furgoneta caía, subía un poco mi frecuencia cardiaca.

Los géneros
Origen se mueve entre la fantasía, la acción y el drama de una forma muy efectiva. Es intensa cuando los personajes mantienen conversaciones de gran importancia dramática y con mucho contenido emocional. Es asombrosa en esos momentos de acción que resultan de lo más originales sobretodo entre niveles de sueño. ¿Quién no flipó con esa pelea en el hotel cuando la furgoneta del primer nivel giraba, haciendo cambiar la gravedad?. Además tenemos toda la mitología y reglas creadas por Nolan en torno al sueño, al subconsciente y al origen de las ideas.

Aspectos técnicos
Visualmente, Origen es una maravilla. Utiliza los efectos de forma inteligente e integrada. Todo tiene que estar al servicio de la historia. Pero eso no impide regalarnos imágenes como la del limbo, la calle doblándose sobre sí misma o esas maravillosas secuencias de acción con la gravedad cambiante (o sin gravedad). Es una historia oscura y el aspecto visual lo acompaña. Es una atmósfera gris pero saturada en algunas ocasiones para remarcar la condición onírica de la mayoría de la cinta. Y es Hans Zimmer, uno de mis compositores favoritos, el que empaqueta con lacito la historia gracias a su música oscura, profunda, intensa y con algún que otro toque épico.

El final
Muchas cosas he leído a cerca del fina y la mayoría hablan de si Cobb está en un sueño o es la realidad. Algunos han dicho que su tótem no es la peoncita sino su anillo de casado, que aparece en los sueños pero no en la realidad. Pero yo me pregunto ¿Realmente es tan importante?.

Para mí ese final es el mejor que podrían darle a una historia como esta. Básicamente la resumiría en “La ignorancia es la felicidad”. Antes de conocer la realidad sobre su vida, la mujer de Cobb era feliz. Y ahora Cobb puede que esté en la misma situación. Él había creado un edificio de recuerdos de los que se arrepentía y quería cambiar. En lo más bajo estaba la noche que su mujer se suicidó y, en lo más alto, el momento que se despidió de sus hijos sin ni siquiera verles la cara.

La base de ese edificio de recuerdos era la muerte de su mujer y, una vez superada, puede seguir adelante… o hacia arriba. ¿Ese final un recuerdo modificado dentro de un sueño? ¿Ha podido regresar a sus hijos en la realidad? ¡Qué importancia tiene! Cobb es feliz, ha conseguido su propósito. Esta idea también es apoyada por el desenlace de la misión Fisher. La estrategia final era que el joven empresario se diera cuenta de que su padre realmente le quería. Cobb y su equipo orquestan todos los niveles de tal forma que, al final, en el hospital, perciba esos sentimientos como reales y se apoyan en el molinillo que aparece en la foto que lleva Fisher en la cartera. Al final él cree que su padre le quiere. Es feliz. Se ha liberado. ¿Es verdad? No. Todo es una artimaña. Una mentira para manipularle. Pero no importa. Él tiene lo que quería: un pequeño pedacito de amor paternal.

Una de las teorías más interesantes que he leído por la web se centra en el personaje de Ellen Page. Afirman que todo lo que ocurre en la película es creado por elle ya que en la realidad es su psicoterapeuta que intenta ayudarle a superar lo de su mujer. Por ello también provoca todos los obstáculos para obligar a Cobb a ir a lo más profundo, al limbo, y enfrentarse a la realidad de lo que ocurrió con su mujer. Esto explicaría la rapidez de control y confianza que ella maneja desde el principio.

Dejando todo lo dicho atrás, soy de la opinión de que tampoco hay que darle tantas vueltas a todo. Puede que cada uno tenga una visión de los acontecimientos o una teoría distinta. Puede que algunos vean errores de cohesión en la narración o a los personajes superficiales. Pero a mí me da igual todo. Lo único que se a ciencia cierta es que hacía muchísimo tiempo que no disfrutaba tanto en el cine, que no me entregaba tantísimo a una historia, que no me sorprendía tanto un nuevo estreno, que no discutía con mis acompañantes sobre todos los detalles de un guión y que no sentía impulsos casi incontrolables de levantarme a aplaudir en algunos momentos de una película.

Podría haber seguido hablando párrafos y párrafos sobre Origen pero no lo haré. Lo único que voy a añadir en este punto de la entrada es que la última genialidad de Christopher Nolan va, sin ninguna duda, directa a mis grandes favoritas. Ya estoy deseando verla de nuevo.

02 agosto 2010

Sobre la genialidad de Toy Story 3 y sus antecesoras

Pixar estrenó sus andaduras como productora de largometrajes allá en 1995 con una película llamada Toy Story. Seguro que si ahora preguntamos a alguno de sus artífices, no podían imaginar que llegarían a estrenar una tercera parte y contar, además, con tanto éxito de crítica y público.

Toy Story es una de las mejores películas de animación que cualquiera, sin importar género, edad o procedencia, puede disfrutar. Habla de sentimientos universales y, para ello, utiliza unos interlocutores de lo más peculiar: Los juguetes.

Ya desde el momento en el que somos testigos de un puñado de soldaditos de juguete llevando a cabo una misión de reconocimiento sabemos que estamos ante algo especial, lo cual que se va confirmando a medida que avanza la historia.

Tiene sus momentos de humor, sus gracias derivadas de la naturaleza de los juguetes, sus momentos de aventura, sus autoparodias… Todo ello enlazado con una historia interesante, emotiva y magníficamente llevada.

Después de que Toy Story fuera una de mis películas de animación favoritas, mi escepticismo con la segunda parte era considerable. Llegó 4 años después, en 1999, y demostró que a veces, segundas partes sí que fueron buenas. De nuevo, este nuevo film nos regaló hora y media de risas, de cine bien hecho y de diversión para absolutamente todos los públicos. Quizá es porque la primera película de una saga cuenta siempre con el elemento novedad, pero siempre he considerado la primera parte mejor película como conjunto y la segunda la más divertida.

Las nuevas aventuras de Buzz y Woody volvían a regalarnos toda esa emotividad, toda la autoparodia que esta vez incluía nuevos juguetes a los que exprimir y todos esos conflictos y miedos que ya nos habían encandilado anteriormente.

Con la tercera y última parte de la saga ya no tenía ninguna duda: Pixar no crea para hacer caja. En Pixar han demostrado no sólo que tienen talento, sino que además miman todas y cada una de sus producciones como si fuera la única. Eso se ve de forma muy evidente en Toy Story 3, que retoma los mismos temas que sus dos antecesoras y, a pesar de ello, consiguen reinventarse a sí mismos y ofrecer algo totalmente nuevo a pesar de que el mensaje sea muy similar a los anteriores.

La tercera parte de esta saga de desventuras juguetiles lleva a otro nivel todo lo que nos habían ofrecido hasta ahora. En la primera nos ofrecieron un Buzz inconsciente de su verdadera naturaleza y un Buzz nuevo consciente que no hacía falta ser un supercomandante espacial para ser especial, importante o feliz. En la segunda entrega tuvimos a un Buzz más “juguete” que se encuentra no sólo con un Buzz como el que él solía ser, sino con el famoso villano El Emperador Zurg.

Y ahora no puedo hacer otra cosa que levantarme y aplaudir ante la nueva vuelta de tuerca: el Buzz matón, de nuevo, comandante espacial y su evolución al Buzz latino, sus piropos y sus bailecito. Ataque de risa, hoygan!.

Toy Story 3 ha resultado ser la más hábil de toda la saga a la hora de conseguir tensión en las desventuras de nuestros amigos los juguetes. Mientras que el factor aventura en las anteriores queda más infantil, aquí consiguen crear situaciones con suspense real como ese momento en el que todos se cogen de la mano. Yo realmente estaba pensando: “¿¡Y cómo van a salir de esta?!” xD

Los de Pixar vuelven a acertar en todos los elementos comunes a la saga: La inclusión de los nuevos juguetes es simplemente brillante, todos los giros de trama y cambios en los personajes están llevados con mucha inteligencia y tacto. Son cruelmente divertidos y a la vez tremendamente emotivos cuando tienen que serlo.

No sólo echan mano de la autopariodia y el autohomenaje, sino que nos deleitan también con numerosas referencias a grandes y pequeños títulos de la historia del cine, algo que ya habían hecho antes pero en mucha menor medida.

Y el final. Ese final. Era realmente difícil dar un final a una saga como esta y ya desde el planteamiento de Toy Story 3 (Andy se va a la universidad) tenía muchas dudas al respecto del cierre y no hay duda que ha superado absolutamente todas mis expectativas. Emotivo a más no poder y de lo más significativo. Una vez visto, realmente no se te ocurre ningún final mejor para las aventuras del l vaquero, el hombre espacial, los señores patata, el dinosaurio, el hombre espacial y el resto de los compañeros de juegos de Andy.

Me despido sólo con una pregunta… ¿Qué ha sido de Bo, la chica de las ovejas?¿Porqué han decidido que desaparezca en esta saga y sólo se la mencione media vez y adiós?¿Querían ahorrarse el dar más conflictos a Woody? ¿Decidieron que ya tenían suficiente con Barbie y Ken? No se, me ha resultado bastante raro.

Creo que ha quedado claro el cariño que le tengo a esta colección de maravillas que han resultado ser las tres entregas de Toy Story pero añado una cosita más: ¿Crees que una película familiar de animación no es para ti? ¿No entiendes el revuelo que ha tenido, sobretodo, esta tercera parte? Dale una oportunidad, seguramente te sorprenderá.

 
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