16 abril 2010

Tres títulos para olvidar

Desgraciadamente el número de decepciones cinematográficas está aumentando demasiado últimamente, algo que, unido al poco interés que despiertan la mayoría de estrenos, le quita a una las ganas de acudir a la sala.

Un tipo serio

Esta vez los Coen me han decepcionado. Al igual que en otros títulos suyos que sí he disfrutado, parten de esa premisa tan propia de explotar la comicidad que existe en lo malo que les ocurre a sus patéticos personajes. Sin embargo, el desarrollo se me antoja erróneo, confuso y demasiado caótico.

Las cosas tienen un devenir poco lógico, pero no es ilógica irreverente y cómica sino que es confusa e indiferente. Si al menos lo que está se tratara de forma más obviamente satírica, se habría disfrutado más. Lo mejor es, sin duda, la mini historia que hay antes de los títulos de crédito.

Tampoco estoy diciendo que sea una mala película. Tiene cosas curiosas (que luego quedan en nada), sí tiene un par de momentos remarcables (la historia del dentista es un ejemplo) y las interpretaciones son correctas pero, para mí, carece de alma, de propósito y ese abrupto final no es ni gamberro ni cómico, es una absurdez.

Alicia de Tim Burton

Antes de pasar a lo negativo, comienzo diciendo que visualmente Alicia es una maravilla. La dirección artística de escenarios, de maquillaje y vestuario y el diseño de personajes en general (y del gato en particular) es excelente. Y la banda sonora, aunque en la casi siempre idéntica línea de Danny Elfman, es interesante.

Alicia es suficientemente entretenida pero la historia se vive de una forma considerablemente fría, hay pocos momentos que sorprendan o destaquen y tiene algunas secuencias bastante vergonzosas. Es decepcionantemente light con un tono disney que no concuerda con la propuesta visualmente oscura.

Destaca muy muy positiva y sorprendentemente (y eso que nunca he sido especialmente fan) Helena Bonham Carter en el papel de la reina roja. Hace realmente bien su papel de reina caprichosa. Quizá sea por esa cabeza globo, pero es excepcionalmente expresiva. También destaco las apariciones del gato y su voz, siemrpe genial Stephen Fry, y a la oruga, Alan Rickman, otro de los grandes.

Furia de titanes

Resumiendo rápido y mal: Furia de Titanes es mala con avaricia y no tiene absolutamente nada que la salve.

El guión, como era de esperar, es terriblemente malo y está repleto de clichés absolutamente risibles. La historia de aventura tiene un interés y suspense nulos. Los efectos especiales no sólo no son nada del otro mundo sino que, en ocasiones, quedan en evidencia por culpa del 3D.
El protagonista tiene carisma cero y el resto de personajes son completamente indiferentes. El diseño de vestuario es de vergüenza ajena, la banda sonora es lo menos épico que he escuchado en mucho tiempo y las secuencias de acción hasta consiguen ser aburridas.

No, no iba con expectativas altas. Esperaba una peli mala pero que funcionase como entretenimiento de acción. Pero no sirve para nada. Es un auténtico coñazo.

06 abril 2010

A carcajadas con The Descent 2

Seguimos con los títulos de la Muestra Scifi. Teniendo en cuenta que la primera parte de The Descent no se contaba entre mis películas de terror favorita precisamente, no tenía especial interés por ver esta segunda parte, dirigida por el montador de la primera que también firma otro título del festival del que ya hemos hablado: The Desappereance of Alice Creed.

La historia continúa donde lo dejó la primera: Sarah, la única superviviente no recuerda nada de lo ocurrido y, cuando está más o menos curada, se la llevan de nuevo a las cuevas para ver si recuerda donde pueden estar el resto de sus amigas.

En una escala normal de calificación habría que decir que es mala. Muy mala. Típica hasta el hastío, con giros y sorpresas absurdas, con todo tipo de situaciones de dudosa credibilidad y frases matadoras. Pero toda la sala, yo incluida, disfrutamos de la película. No creo que en las pretensiones del director o el guionista se contaran la tensión o el suspense. Si es así, lo siento mucho por ellos… El personal no paró de reír en la hora y media que dura.

Este es ese tipo de guiones que te hace pensar en lo bien que se lo pasó el escritor haciéndolos. Yo habría disfrutado de lo lindo creando ese completo e hilarante absurdo.

Lo mejor: Que en lo mala que es reside su grandeza.
Lo peor: Que alguien la tome en serio.

¿Estás buscando ese título que ver una tarde de cachondeo con los amigos? The Descent es, sin ninguna duda, una buena elección para ello.

01 abril 2010

Las posibilidades de El Mal Ajeno

A priori no tenía demasiada curiosidad por ver este título de Oskar Santos principalmente por la calidad de protagonista que tiene Eduardo Noriega en la cinta, un actor del que siempre me ha sorprendido el éxito por sus considerables limitaciones interpretativas y tampoco especialmente remarcable atractivo.

Invitada al preestreno de la película con el director, el reparto y Amenábar, que produce, presente, no podía perdérmelo y tengo que admitir que me llevé una grata sorpresa.

El guión es sorprendentemente redondo, la idea es muy original y, a pesar de su dificultad, está desarrollada y llevada a buen puerto. La dirección es fantástica y visualmente consigue trasladar el tono oscuro y melancólico de lo que se cuenta a las imágenes.

El mal ajeno sería una buena película si no fuera por dos problemas, donde uno deriva directa e inevitablemente del otro. El primero es el ritmo. Realmente no tendría que ser percibido como problema ya que elegir un tempo pausado para contar una historia no es necesariamente negativo, y muchas veces es todo lo contrario, pero aquí lo es, y la culpa la tiene Eduardo Noriega, que es el gran defecto del film.

Como ya he dicho antes, como actor no pasa de correcto y en El mal ajeno todo el peso dramático de la historia, que lo es TODO, recae sobre él. Noriega logra expresar ni una ínfima parte de lo que debería: no conecta con el espectador, ni con el dolor de su personaje ni con sus conflictos… ni con nada. Su incapacidad de de otorgar la emoción y empatía necesarias a su personaje se transladan irremediablemente a la película dejando así un sabor de boca mucho más amargo de lo que debería.

Lo mejor: Que uno es capaz de ver el talento que rodea a la película.
Lo peor: Que Eduardo Noriega eclipse todo ese talento. Y no positivamente.

El mal ajeno es un título complicado de recomendar. Por una parte se es consciente de que la historia es interesante y está muy bien contada y desarrollada y toda la atmósfera que envuelve a la película enriquecen todo aún más. Pero, por otra parte, el hecho de que Noriega tire por la borda todo eso por culpa de su torpe interpretación baja mucho el nivel del film.

 
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