Emotivo y espectacular cierre de la trilogía de los X Men

Después de sufrir mil y un problemas durante la preproducción de la película (entre ellos la macha del director insigne de la saga, Bryan Synger, y de su sustituto Matthew Vaughn) por fin ha llegado a las pantallas de todo el mundo X-Men: la decisión final, la última entrega de la trilogía inicialmente prevista sobre la Patrulla X.

A pesar de las dudas que había causado el fichaje de Brett Ratner (director, responsable de la saga Hora Punta o El Dragón Rojo) los resultados son más que satisfactorios y el director logra que no se eche de menos a Synger. Las dos principales tramas aquí contadas son el retorno de Jean Grey bajo su otra identidad la temible Fénix Oscura, con unos poderes brutales e incontrolables para aquella, y el gran conflicto que provoca la aparición de una cura que es capaz de eliminar el gen mutante.

En esta nueva entrega aparecen nuevos mutantes: el doctor Hank McCoy, más conocido como Bestia (Kelsey Grammer, protagonista de Frasier), Ángel (Ben Foster, visto en la serie A dos metros bajo tierra), Kitty Pride (de actualidad tras su gran interpretación en la notable Hard Candy) y Juggernaut (Vinnnie Jones) o Calixto (Dania Ramírez) entre los nuevos villanos.

Ratner logra su objetivo de presentar una película que continué con el tono marcado por Synger en las anteriores entregas. Sin embargo, logra ser la más espectacular e impactante (aunque en esto influye el hecho de que varios de los mutantes clásicos sufren importantes cambios) de todas ellas. Las dosificadas apariciones de la Fénix Oscura son espectaculares, destacando el excelente clímax de la película. Magneto y Lobezno vuelven a ser de los mutantes más interesantes (gracias en parte a sus excelentes actores) y Tormenta tiene más importancia que en las anteriores películas pero sigue sin importar demasiado. El gran ausente vuelve a ser una vez más Gámbito, esperemos que aparezca próximamente en algunas de las películas del universo mutante.

El principal problema de X-Men: la decisión final es su en exceso ajustada duración: 100 minutos son insuficientes para contar la historia. Este problema se evidencia en los personajes de Ángel (a pesar de su excelente prólogo el personaje está desaprovechado), Pícara (el personaje de Anna Paquin pasa totalmente desapercibida) y, especialmente, el caso más doloroso de todos: Cíclope (no me extrañaría que el tratamiento que recibe su personaje en la película se deba a su participación en Superman Returns, película por la que Bryan Synger abandonó la saga de los mutantes, creando una gran polémica entre la Fox y el director).


Lo mejor: La espectacularidad de la propuesta. Marca un punto y aparte en la saga. La banda sonora de John Powell.
Lo peor: Su duración. Varios personajes están completamente desaprovechados. El adios de algunos mutantes carismáticos.
La escena: Varias: el prólogo de Ángel, los cara a cara que mantiene Fénix con Lobezno y el Doctor Xavier.

*****
Infinitamente superior a la mediocre El Código Da Vinci, X Men. La decisión final es un notable blockbuster y supone un brillante broche a la que es probablemente la mejor saga de superhéroes de la historia (aunque como película la más destacada sea, probablemente, la excelente y muy, muy superior a su primera entrega Spider-Man 2).

Todo apunta a que ésta será la última película sobre La Patrulla X, al menos tal y cómo los hemos visto hasta ahora. Sin embargo, la presencia de los mutantes en las pantallas de cine no ha hecho más que empezar: ya está en preproducción un film sobre Lobezno, protagonizado y producido, cómo no, por el excelente Hugh Jackman. Se habla también de una precuela sobre el personaje de Magneto.

P.D. Los pocos que no la hayan visto a estas alturas deben saber que tras los créditos finales hay una sorpresa.

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