19 julio 2009

La reina de la comedia romántica ha vuelto. ¡Viva la reina!

Ante la muerte (fílmica) de Meg Ryan - fracasó en ese intento de comeback que fue el remake de Mujeres - y la retirada voluntaria de Julia Roberts - que, dedicada a la vida familiar y a pequeñas apariciones, no aparece en una comedia romántica desde La pareja del año -, el cetro de reina de la comedia americana sigue vacío. Por mucho que Hudsons, Diazs, Heigls y tantas otras lo hayan intentado, ninguna iguala a sus predecesoras. Quizás es porque soy un tanto nostálgico de los 90, la década en la que empecé a amar el cine, pero pienso que el género que hoy aquí nos ocupa quedó practicamente sepultado entonces. Aún estoy esperando a que lleguen los Notting Hill y Cuando Harry encontró a Sally de la década.

Sandra Bullock, que a sus 45 años parece que ha hecho un pacto con el diablo, no es tonta y sabe que ella está hecha para la comedia (especialmente para la física, donde no todo el mundo está a la altura). A pesar de que ha hecho cosas fuera de su género (Tiempo de matar, Infamous - la otra película sobre Truman Capote - o, no nos olvidemos, Crash), sabe que es en la dramedia romántica donde mejor se mueve y donde el público quiere realmente verla. Ahí estan las cifras de Amor con preaviso, Miss Agente Especial (aprovecho el momento para declararme fan absoluto suyo: es simple, es estúpida pero qué coño, es ver que la ponen en televisión y serme imposible no sentarme a verla), Mientras dormías o el mayor éxito económico de su carrera, la cinta que aquí nos ocupa, La proposición.

La proposición, dirigida por la responsable de la muy inferior 27 vestidos, cuenta la historia de una ejecutiva - editora de libros agresiva que está a punto de ser deportada a Canadá y que obliga a su asistente a casarse con ella para que no la echen del país. Al principio se odian para, por supuesto, al final de la película darse cuenta de que sienten algo el uno por el otro. No esperéis novedades, porque no las hay. Lo que sí hay es el ingrediente imprescindible en toda comedia romántica que se precie: una pareja con química. Aunque Bullock quede por encima de Ryan Reynolds (después de todo, estamos en territorio Bullock), la pareja funciona. Parece fácil, pero no lo es. Los diálogos y las situaciones, aunque un tanto sobados, siguen funcionando en parte por el buen hacer de su reparto (donde destaca, una vez más, la genial chica de oro Betty White, que a pesar de su edad sigue activa en el cine y la televisión). Además, aunque sean arquetipos no encontramos gente idiota o anticarisma como si pasaba en intentos recientes como la citada 27 vestidos o ¿Qué le pasa a los hombres?

La proposición no es una gran pelícua, probablemente ni siquiera sea una "buena película" pero, sinceramente, en los tiempos desérticos que la comedia romántica vive desde hace años, la película es casi un oasis al que podemos asistir los fans del género. Estamos ante una propuesta clásica pero efectiva y definitivamente entretenida e infinitamente mejor que otras pasteladas mediocres por llegar o ya estrenadas son Guerra de novias - a pesar de mi amor a la Hathaway - o Ghosts of Girlfriends' past - ya que estamos, que maten a Matthew McConaughey, por favor.

3 comentaron:

Adri dijo...

Oh, Shit.
Dani me ha quitado una peli que seguro que me hubiera entusiasmado escribir para la choni column.

en cualquier caso, estoy deseando verla xD

nykaa dijo...

Para mi la reina de la comedia romántica es Jennifer Aniston..
La pelí está que anuncias aún no la he visto en cambio si la de Women...sin comentarios...jaja
Saludos y suerte en el concurso.

Anónimo dijo...

A mí no me llamó mucho la atención pero fue el final más que nada, ya lo comenté en mi blog.

Dios pero que verdad en las pelis de Bride Wars y la de la Garner. Que cosas más malas.

Soy PiliHalliwell

 
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