Spamalot, el éxito de Broadway llega a Madrid

Monty Python's Spamalot llega a Madrid tras su exitoso paso por Barcelona y arrasar en Broadway con tres premios Tony (entre ellos el de mejor musical y mejor actriz de reparto para una extraordinaria Sara Ramirez). Amparados de nuevo por la adaptación al castellano desarrollada por los geniales cómicos Tricicle (de los que debo reconocer sólo he visto en directo con Sit) y basándose en el libreto de John Du Prez y Eric Idle, miembro de los Monty Python.

Se agradece que los productores españoles se hayan arriesgado a traer un musical diferente como éste, en lugar de clásicas apuestas como Grease o Fiebre del sábado noche. Tras mi paso por Broadway (en el que vi grandiosos musicales como Wicked, Spring awakening o Rent) pensé que me iba a quedar sin ver la obra.

Pero antes de comentar mi parecer expliquemos que Spamalot es una comedia musical basada ligeramente en la película Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores de los Monty Phyton. Como en la película, es una irreverente parodia de la leyenda del Rey Arturo, pero con bastantes diferencias con respecto a la película, especialmente por sus parodias a las obras musicales de Broadway.

¿Por qué merece tanto la pena ver esta propuesta? Las razones son dos, básicamente: la primera es que se puede ver como uno de esos musicales que les gustará a aquellas personas que no les entusiasman los musicales. Apuesta visceralmente por el humor (unas veces más simple, otras más ingenioso) y por la parodia de judíos, gays, musicales y todo lo que se le ponga por delante. No es que sea original, pero definitivamente funciona. La otra gran razón es la fantástica y ya icónica Dama del lago (ya sea un su versión castiza o en la espectacular interpretación de Ramirez, aquí se puede ver la divertidísima "¿Qué le ha pasado a mi papel?"), una diva tan egocéntrica como genial que roba la función cada vez que aparece en escena.

En contra del musical nos encontramos con un argumento que se cae por su propio peso y que no es más que una excusa para que el espectador vea una rehátila de gags y números musicales con los que divertirse a gusto, que no es poco. En conclusión, no es de los mejores espectáculos que he visto pero definitivamente uno de los más divertidos. Totalmente recomendable.

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