Críticas 2x1: ángeles, demonios y demás terminators.

Crítica 2x1 en esta ocasión. Razón: no quiero que se me acumulen las críticas (ya me pasó con Star Trek, que he comentado casi tres semanas después de verla, mea culpa) y entro en días complicados. La segunda razón, probablemente más importante, es que no creo que sean películas que den demasiado que hablar. No es por ser malo, pero ni Terminator Salvation ni Ángeles y Demonios serán los blockbusters recordados del 2009. Adelanto que ambas llevan la misma puntuación pero en caso de sólo poder / querer ver una yo recomiendo la primera, aunque sea por la (excelente) saga a la que pertenece.

Siempe he pensado que Ron Howard es un tanto esquizofrénico cinematográficamente hablando. Tenemos su lado comercial pero interesante (Una mente maravillosa, Apolo 13, Cinderella Man y Frost / Nixon, la que más se aleja del modelo, todo sea dicho) y su lado comercial y horroroso (El código Da Vinci siendo su mayor exponente... Desapariciones es mejor no meterla en ningún lado). Obviamente Ángeles y Demonios, la segunda adaptación de las palomiteras novelas (si un autor puede ser definido como palomitero, es este) de Dan Brown.

Gracias a Dios, ésta vez no me habia leído el libro original. Si ECDV libro fue un placer culpable de lo más entretenido, su adaptación cinematográfica se convirtió en uno de los mayores sopores blockbusteriles de los últimos años. El no saber qué iba a pasar a continuación definitivamente ayudó a implicarme, más o menos, en la trama. Es una flipada, por supuesto, pero una flipada entretenida y contada y, sobre todo, musicalizada muy dignamente. Dicho esto, ojalá Tom Hanks vuelva pronto al mal llamado cine de qualité: la magistral Camino a la perdición fue la última gran película de un enorme actor al que hay que exigirle más.

Podría hablar del absurdo doblaje de la cinta pero no lo haré, hoy estoy de buen humor. Entiendo que los personajes son extranjeros dentro de la historia pero no sé hasta qué punto beneficia la credibilidad y el seguimiento de la historia poner acentos tan, tan... bueno, el que lo haya visto, lo entenderá. Me lo tomaré como un castigo por ir a verla doblada al cine.

Y de Robert Langdon pasamos a Terminator Salvation, la cuarta entrega (primera sin Chuache) de la saga iniciada hace más de 20 años por James Cameron. Se desconfiaba mucho McG, hasta ahora conocido por las dos adaptaciones al cine de Los Ángeles de Charlie. Su puesta en escena se salda con un aprobado más que holgado, gracias, entre otras cosas, a su estupenda fotografía (que se basa, según el director, en la atmósfera creada por Cormac McCarthy en el libro The Road, cuya versión al cine llegará de la mano de Viggo Mortensen en los próximos meses). El problema viene de mano del guión, mucho menos ambicioso y complejo que el parido por Cameron años atrás (claro, que por otra parte, a ver quién es más melagománo y pretencioso - también genial - que el director de Titanic).

Estamos ante una película que apuesta más por el género de acción, que por el de ciencia ficción. Se deja la mitología de la saga bastante de lado (apariciones estelares aparte, hechas en exclusiva para la degustación de los más fans) para apostar por una especie de Transformers, especialmente en la primera parte de la película, que parece un desfile tecnológico en el que el director demuestra todos los cachibaches y pijadas que puede hacer con los robots. Error, Terminator es más que eso. O debería serlo.

Afortunadamente, según avanza la proyección la cosa va claramente para arriba. No por el trabajo de Christian Bale, que ciertamente no destaca demasiado, sino por las implicaciones dramáticas del desarrollo y por las acertadas elecciones de unos carismáticos Anton Yelsin y Sam Worthington. McG ha logrado claramente su mejor película (tampoco le era difícil) pero siendo un poco cabrón no sé muy bien de qué se ha quedado más cerca: si de uno de sus Ángeles de Charlie o de la magistral Terminator 2.

Que se estrene ya Up (cinta que, recibida estupendamente en Cannes, ha tenido un excelente estreno comercial en América), por dios.

Próximamente, reseña de Radio encubierta.

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