Hace unos meses hablábamos de Martyrs, la última sensación del siempre prolífico cine de género francés. El film, que despertó sensaciones encontradas en el público (yo debe reconocer que soy más detractor que fan), sucedía como fenómeno cinematográfico a la cinta que aquí nos ocupa: A l'interieur, una brutal y sorprendente ópera prima de los realizadores Alexandre Bustillo y Julien Maury, que este año estrenarán su segunda obra, la británica Livid.
¿Por qué hablo de esta película estrenada hace dos años (inédita en nuestras salas a pesar de obtener dos premios en Sitges) en nuestra cobertura del festival? La respuesta es simple: la cinta se exhibió en San Sebastián dentro del interesantísimo ciclo La contraola: el novísimo cine francés.
Quería contar lo menos posible - y asi lo haré - en la crítica de la película pero que el poster sea la imagen que vemos a la izquierda de la noticia me facilita enormemente el trabajo. ¿Cómo hablar de A l'interieur sin destripar que realmente va de una mujer le quiere quitar el bebe a otra que está a punto de dar a luz?
Si la película funciona a este nivel es porque pone en imagen un horror que jamás se había visto en una pantalla (no deja de ser curioso que la crítica coincida con la muerte de la asesina de Sharon Tate). El espectador sufre como nunca al ver como una mujer embarazada es perseguida y atacada de un modo tan brutal, diciéndose en todo momento "no van a ser capaces de hacer eso" y vaya si lo son. Se puede acusar a esta A l'interieur de perder parte de su efecto novedad según avanza la historia: llega un momento que la violencia es tan brutal y explícita que la línea que separa la barrera entre el terror y la comedia es cada vez más y más fina.
A la salida de la película, mi acompañante decía que esperaba que detrás de esta historia hubiese algo más que el morbo de usar el recurso de la mujer embarazada. Yo, sinceramente, pienso que no lo hay. No creo que haya una segunda lectura, como si pasaba por ejemplo en la - muy inferior - Martyrs. Tampoco hace falta: la película es impactante y merece la pena en todo momento.
Una película dura, no para todos los estómagos (no obstante, el aprensivo 20% aproximado del publico se salió de la sala antes de que terminase la proyección), pero definitivamente interesante que nunca debió ser olvidada por los distribuidores con la base de fans del cine de terror que hay en nuestro país, sobre todo si tenemos en cuenta la cantidad de bodrios que se estrenan mensualmente en España. Pero bueno, gracias a Dios se creó el dvd e internet.
¿Por qué hablo de esta película estrenada hace dos años (inédita en nuestras salas a pesar de obtener dos premios en Sitges) en nuestra cobertura del festival? La respuesta es simple: la cinta se exhibió en San Sebastián dentro del interesantísimo ciclo La contraola: el novísimo cine francés.
Quería contar lo menos posible - y asi lo haré - en la crítica de la película pero que el poster sea la imagen que vemos a la izquierda de la noticia me facilita enormemente el trabajo. ¿Cómo hablar de A l'interieur sin destripar que realmente va de una mujer le quiere quitar el bebe a otra que está a punto de dar a luz?
Si la película funciona a este nivel es porque pone en imagen un horror que jamás se había visto en una pantalla (no deja de ser curioso que la crítica coincida con la muerte de la asesina de Sharon Tate). El espectador sufre como nunca al ver como una mujer embarazada es perseguida y atacada de un modo tan brutal, diciéndose en todo momento "no van a ser capaces de hacer eso" y vaya si lo son. Se puede acusar a esta A l'interieur de perder parte de su efecto novedad según avanza la historia: llega un momento que la violencia es tan brutal y explícita que la línea que separa la barrera entre el terror y la comedia es cada vez más y más fina.
A la salida de la película, mi acompañante decía que esperaba que detrás de esta historia hubiese algo más que el morbo de usar el recurso de la mujer embarazada. Yo, sinceramente, pienso que no lo hay. No creo que haya una segunda lectura, como si pasaba por ejemplo en la - muy inferior - Martyrs. Tampoco hace falta: la película es impactante y merece la pena en todo momento.
Una película dura, no para todos los estómagos (no obstante, el aprensivo 20% aproximado del publico se salió de la sala antes de que terminase la proyección), pero definitivamente interesante que nunca debió ser olvidada por los distribuidores con la base de fans del cine de terror que hay en nuestro país, sobre todo si tenemos en cuenta la cantidad de bodrios que se estrenan mensualmente en España. Pero bueno, gracias a Dios se creó el dvd e internet.
1 comentaron:
A mí me gustó mucho, aunque hay un punto en que pasa a ser cine Z... un momento en que Sarah parece transformarse en Terminator y luego pasan cosas muy duras... las más difíciles de ver de la película.
Yo he aguantado como una campeona de principio a fin, eso si!
Publicar un comentario