En Ciudad de vida y muerte, Lu chuan se centra en la invasión de los japoneses en Nanking en 1937. Este duro film tuvo una recepción excelente en la última edición del Festival de Cine de San Sebastian.
Para mí, este título es una de esas películas que no sabes si recomendar o no porque, por una parte, cinematográficamente es una apuesta excelente pero, emocionalmente, es absolutamente devastadora y el recomendado puede pensar que le deseas el mal.
Es dura, es cruda, y es explícita. El tratamiento visual destaca por su fotografía excelentemente ejecutada para el blanco y negro. Narrativamente tiene ese ritmo pausado propio de los directores orientales pero sin acercarse al estilo contemplativo.
No es trepidante como otras historias similares (ahí está la fácil comparación con La Lista de Shindler), sin embargo no aburre en ningún momento gracias a la conexión que se crea con el espectador desde casi desde el primer minuto. Apenas tiene diálogos y juega mucho con el sonido ambiente, los pies arrastrándose, los gritos, los disparos y esa atmósfera cargada y dañina.
Hay que decir que los primeros veinte minutos son complicados ya que muestran la invasión, con secuencias de guerras puras y duras. Aún no se conoce a ningún personaje principal y, siendo orientales, a los occidentales nos cuesta mucho distinguir a japoneses y chinos. Pero pasado ese comienzo, en seguida se identifican ambos bandos y sus protagonistas.
Lo mejor: Es excelente a todos los niveles: fotografía, dirección, interpretación, guión...
Lo peor: es realmente cruda y descorazonadora.
La imagen: Los japoneses amontonando los cuerpos de las mujeres que han violado sin parar hasta matarlas.
Si tienes el estómago suficiente para ver las crueldades de las que son capaces los japoneses, Ciudad de Vida y muerte es un magnífico thriller histórico imprescindible para todo cinéfilo.
24 mayo 2010
Ciudad de Vida y Muerte, dura pero magnífica
24 mayo 2010
Adriii
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