David Frankel y su El diablo viste de Prada (que se puede ver en las pantallas españolas desde hoy) fueron los encargados de cerrar la sección de Zabaltegui del pasado Festival de San Sebastián.
La película de Meryl Streep y Anne Hathaway supone el debút cinematográfico de Frankel en el mundo del cine, tras ganar en 1997 un Oscar por su corto Querido diario y labrarse cierta fama en la televisión gracias a series como El Séquito, Hermanos de Sangre o Sexo en Nueva York (serie con la que numerosos críticos han insistido en comparar a su ópera prima).
En el vertiginoso mundo de la moda en Nueva York, la revista Runway es el Santo Grial. Dirigida con puño de hierro y elegante manicura por Miranda Priestly, Runway es un terrible reto para todo aquel que quiera triunfar en este mundo. Trabajar como ayudante de Miranda podría abrir cualquier puerta a Andy Sachs, recientemente graduada. Pero cuando entra Andy a trabajar, empieza a entender que para triunfar en este negocio va a necesitar algo más que iniciativa y determinación. Y la prueba definitiva está delante de ella, vestida de pies a cabeza de Prada.
Esto es, básicamente lo que cuenta la divertida El diablo viste de Prada. Aunque podría haber ido más allá y realizar una crítica al mundo que retrat, no lo consigue. O lo que (casi) es peor, no lo intenta. Cuando terminó la proyección la película me recordó a Chicas malas, otra cinta que, durante la primera mitad de la película se mostraba ácida y realmente divertida, para dar paso a una segunda hora menos divertida, con mayor dósis de moralina y, definitivamente, menos afortunada.
Si la película merece ser recordada por algo es por la extraordinaria interpretación que da Meryl Streep (¿¿cuando ganará esta mujer su tercer Oscar?? Los expertos apuntan que la actriz logrará su 14ª nominación por esta película).
Ella, a pesar de tener un papel secundario, es la verdadera estrella de la película. Es el personaje que se lleva las mejores escenas y frases de la película (Los detalles de tu incompetencia no me interesan). También Stanley Tucci o Emily Blunt (el gag de la dieta y el quesito es memorable) le restan protagonismo a una Anne Hathaway que, poco a poco, se va haciendo un lugar en la industria (Brokeback Mountain, Princesa por Sorpresa y Becoming Jane, en la que interpretará a la escritora de "Orgullo y Prejuicio" o "Sentido y Sensibilidad", Jane Austen).
***
Lo mejor: Meryl Streep: GRANDE
Lo peor: Lo convencional que acaba resultando y la moralina que te pretende contar
06 octubre 2006
54 ed. SS, Zabaltegui: El diablo viste de Prada
06 octubre 2006
Daniel Martínez Mantilla
1 comment
1 comentaron:
Meryl Streep y Emily Blunt se zampan a la Hathaway en cuestión de segundos. Y de qué manera. Es uno de los puntos más divertidos de la película.
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