François es un joven profesor de lengua francesa en un instituto difícil, situado en un barrio conflictivo. Sus alumnos tienen entre 14 y 15 años. No duda en enfrentarse a Esmeralda, a Souleymane, a Khoumba y a los demás en estimulantes batallas verbales, como si la lengua estuviera en juego. Pero el aprendizaje de la democracia puede implicar auténticos riesgos durante un curso académico. De esto trata La clase, la muy estimable película de Laurent Cantet que ha devuelto por primera vez en más de veinte años la ansiada Palma de Oro de Cannes a Francia.
Sólo en nuestro país vecino - y esto está dicho como un halago, no como una crítica - puede triunfar una película tan atípica como ésta, que habla de todo mientras parece que no habla de nada. Desde un tono más propio de cinta documental y presentada como si de un partido de tenis se tratase, asistimos al anti El club de los poetas muertos (por poner un ejemplo de la clásica película de profesores a la que nos solemos enfrentar): no hay efectismos ni falsos desarrollos dramáticos, ni un heróico profesor dipuesto a salvar las necesitadas vidas de los alumnos. Le falta el impacto y la emotividad de aquella y se excede en el metraje, pero no por ello podemos olvidar que estamos ante una propuesta tan arriesgada como interesante.
La clase es una película que desprende verdad, demasiada verdad probablemente, lo que alejará a buena parte del público acostumbrado a otra cosa o que acude a las salas con ganas de desconectar el cerebro y encontrar una historia más blanca, más para todos los públicos. La apuesta deliberada del director por optar por un reparto de actores no profesionales (con un excelente François Begadeau a la cabeza, autor del libro en el que se basa la película) y el poso y ritmo que aquel deja en las escenas acaban provocando en el espectador una sensación absoluta de honestidad y realismo ante lo que uno está viendo.
La película de Laurent Cauntet pertenece a ese grupo de obras que, sin ofrecer más respuestas que aquellas que el espectador quiera desarrolllar en su cabeza, plantean una serie de interesantes preguntas sobre un espinoso tema de la sociedad (la explicación del fracaso escolar los límites de la autoridad de los profesores, el verdadero papel de los colegios en la educación de los niños)
14 enero 2009
La clase, tan francesa como sincera
14 enero 2009
Daniel Martínez Mantilla
2 comments
2 comentaron:
Yo la vi en Donosti y me encantó, es sincera y real.
Más de un profesor debería verla...
Me produce mucha curiosidad esta película, a ver si le echo un vistazo que pinta muy bien.
Saludos.
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