Sobrecogedora aunque fría adaptación de La carretera

Sin ningún tipo de duda lo primero que quiero destacar sobre La Carretera es la estupenda adaptación que John Hillcoat y Joe Penhall han realizado de la excelente novela de Cormac McCarthy en dirección y guión respectivamente.

Personalmente me resultaba tremendamente difícil adaptar una historia como esta, donde a existe muy poca acción y toda la carga emocional de la historia reside en los personajes, sus pensamientos y sus conversaciones. Sin embargo, es una adaptación que se maneja de forma espléndida entre la fidelidad a lo original y los cambios a lenguaje y necesidades básicas de una historia cinematográfica.

Personalmente he echado mucho de menos más de aquellas brillantes y significativas conversaciones entre padre e hijo o más uso de la voz en off.

En cualquier caso, es una buena película. La ambientación es sobrecogedora y la tensión de los momentos más intensos está muy bien llevada. La forma de introducir a la madre, inexistente en la novela salvo fugaces menciones, es acertada y elegante. También han añadido de forma moderada y correcta la acción adicional a la historia, que ha sido menos de la que cabría esperar en un principio.

El único y gran problema de La Carretera es que, a pesar de que las interpretaciones son indudablemente remarcables y los personajes van empatizando a medida que avanza la historia, todo se cuenta desde un punto de vista algo frío para una historia como esta. Es como si Hillcoat no quisiera tomar demasiado partido en el asunto. Cuesta conectar y, si se conecta, es gracias a la intensidad dramática que tiene todo.

En definitiva, La Carretera es una película dura, con una historia dura y, a la vez, conmovedora que no dejará indiferente a cualquiera. Si ya la has visto y te ha gustado, te recomiendo el relato de Conrad, le dará una nueva dimensión que disfrutarás.

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