No me gusta hablar de películas "necesarias", es un término que nunca he llegado a comprender en las mil y una menciones que puedes encontrar en las críticas de ciertas películas. Milk será una de ellas. No la usaré pero no por ello olvidaré que, pese al nombramiento de un presidente negro en América, 2008 también ha sido el año en el que 1) los ciudadanos de California consideraron que el matrimonio sólo define la unión de un hombre y una mujer y 2) la iglesia católica se negó a apoyar un texto que exigía que la homosexualidad dejase de ser considerada ilegal en casi cien países del mundo. Lo que cuenta un Gus Van Sant más controlado de lo que acostumbra (gracias a Dios), por tanto, se aleja de ser una visión trasnochada de los problemas de las minorías en general y los homosexuales en particular.
La película funciona por numerosas razones, desde la estupenda banda sonora firmada por Danny Elfman (no puedo dejar de escucharla, destacando temas como Postcript) hasta el extraordinario reparto encabezado por un Sean Penn en estado de gracia: no importa que estemos ante uno de los actores más definidos y característicos de Hollywood: no ves a Sean Penn, ves a Harvey Milk, un hombre que dedicó los diez años más intensos de su vida a luchar por los derechos de una minoría maltratada y / o ignorada por la sociedad, a sabiendas de las tristes consecuencias en su vida personal (su muerte o la pérdida del amor de su vida, un James Franco cuya estrella por fin empieza a brillar).
12 enero 2009
Las memorias (políticas) de Harvey Milk
12 enero 2009
Daniel Martínez Mantilla
3 comments
Los créditos de la película lo reconocen: esta versión filmada de la vida (política) de Harvey Milk beben horrores del documental The times of Harvey Milk, ganador del Oscar en 1984: la película de Van Sant reproduce numerosas imágenes de una pieza emotiva y única (como ese comienzo con el anuncio de su muerte o la visión de Harvey grabando un mensaje en caso de que muera asesinado), en una acertada decisión creativa de Van Sant de tirar de imágenes de archivo para contar ciertas cosas. Gus Van Sant se queda un poco a medio camino de El indomable Will Hunting y proyectos más experimentales - y a ratos irritantes - como Elephant, es más concesivo con la historia y el público pero no dejas de encontrar pequeños rastros de sus vicios. Se nota que Van Sant respeta y siente pasión por la historia que está contando y a ella le da el mayor protagonismo.
Coincidio con el responsabe de Vivirodando en que los principales defectos a achacar al film son el molesto personaje interpretado por Diego Luna (por mucho que narrativamente intente definir al Harvey Milk-hombre, no al político) y la carencia de minutos para el personaje de Dan White. Sus motivaciones se intuyen perfectamente pero su interés y su clave participación en la trama bien valía un mayor desarrollo. Y no podemos olvidarnos tampoco de que responde, en sus estructuras básicas, al manual del buen biopic. El montaje y el personal estilo de Van Sant detrás de las cámaras ayudan a que la película vaya más allá y se convierta en lo que finalmente es.
Primera gran película de 2009, un año que promete emociones fuertes, con un emotiva e interesantísima historia que merece la pena ser contada y un reparto en los mejores trabajos de sus carreras. Un brillante retrato del surgimiento de un lider político y de un movimiento que va de lo local a lo global.
3 comentaron:
Gran análisis. Y hay que felicitar a Van Sant por su sobriedad en contar la historia. Queda claro que interesa más la parte política del personaje y creo que hay sale ganando.
Acabo de llegar del cine de verla. Me ha gustado muchísimo. No me esperaba menos de Gus van Sant. Y yo sí que me atrevo a decirlo: una película necesaria, de obligada visión ;)
Una película muy interesante con momentos grandiosos, pero sin duda, me quedo con la fabulosa interpretación de Sean Penn, ha estado enorme, todavía no entiendo como Rourke le ha quitado el globo de Oro, he tenido la oportunidad de ver "The Wrestler" y Rourke está muy bien, pero señores; Penn se sale, no hay duda!
Saludos, fantástica reseña!
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