Siempre he envidiado al cine francés. Creo, sincieramente, que es el espejo en el que el cine español debería mirarse y no el americano, con el que, por diferentes razones, no puede competir. En la cinematografía de nuestro país vecino nos encontramos a menudo con experimentos, con películas más arriesgadas, más naturales en muchas ocasiones... en definitiva, un cine, generalmente, más maduro y consistente que el que se hace al otro lado de los Pirineos. No obstante, también hay que admitir que ellos tienen una posición mucha más ventajosa que la nuestra, tanto desde la perspectiva del público como de las organizaciones políticas. Pero bueno, dejemos este tema porque me estoy yendo de madre, vamos a por el tema real de la crítica.
No se puede decir que Por fin viuda sea una de esas arriesgadas propuestas francesas que llegan a las pantallas (eso está reservado para obras, mejores o peores - ahí no entro-, como Irreversible, Vidocq o Ne le dis a personne), con la segunda película de Isabelle Mergault (que debutó con la comedia Eres muy guapo, también vista en nuestro país). Es una pequeña comedia agridulce entorno a esas difíciles pero necesarias decisiones que las personas debemos de tomar a lo largo de nuestras vidas. Después de todo, nuestra felicidad está en juego. En el segundo film de Merchant nos encontramos con Anne-Marie, la esposa de un rico pero tremendamente aburrido cirujano plástico. Ella, cansada de su matrimonio, ha conocido a un hombre con el que quiere huir a la China. Cuando Anne-Marie va a dejar a su marido recibe la noticia de que éste acaba de fallecer en un accidente de tráfico. Lo que parece la solución perfecta a su problema, se acaba conviertiendo en una maldición cuando toda su familia aparece para apoyarla en estos momentos difíciles.
De esta situación - como suele suceder en la comedia, donde las mejores historias surgen del drama - surgen los mejores momentos de la historia: Anne-Marie intentando huir de su familia para poder reencontrarse con su amante, encontrándose con mil y un obstáculos. La idea de la propia familia como el mayor "coñazo" cuando sucede una tragedia de esta magnitud, más que original - que probablemente no lo sea - es tremendamente efectiva. Ayuda además las excelentes y naturales interpretaciones de los secundarios son fundamentales (como por ejemplo, la hermana de su marido, que sospecha que está teniendo una aventura).
Lo mejor: Michelle Laroque, la protagonista, a la que desconocía totalmente, es fantástica. Está divertida hasta el punto de giro de la historia y estupenda a partir de entonces. Es uno de esos casos en los que con la cara, sin grandes gestualizaciones, se puede expresar muchísimo.
Lo peor: Es una propuesta bastante simple, a pesar de su efectividad. No cuenta nada que no hayamos visto antes.
La escena: Dos, la revelación de Anne Marie ante su familia y todo lo que pasa a raíz de la película escogida por aquella para explicar su ausencia el día de la muerte de su marido con la película.
La frase: A partir de cierta edad, es de consideración con los demás hacerse un lifting.
Por fin viuda es una comedia más que digna, una oportunidad para aquellos que se han pasado el verano esperando una comedia y se han encontrando con el Zohan de Adam Sandler, que teniendo sus momentos, se aleja de lo que puede ofrecer la película de Mergault: sencillez, buen guesto y mucha humanidad.
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